La miocarditis, una inflamación severa del músculo cardíaco, puede conducir a insuficiencia cardíaca y, en casos graves, a muerte súbita. Su diagnóstico oportuno es complejo debido a la variabilidad de sus manifestaciones y la posibilidad de ser asintomática. Entre las causas más comunes se encuentran infecciones virales, bacterias, toxinas químicas y reacciones inmunológicas, afectando severamente la salud cardiovascular.

Un equipo de investigadores del Instituto Broad del MIT y Harvard, en colaboración con el Hospital General de Massachusetts (MGH), ha identificado mecanismos inmunitarios específicos relacionados con la miocarditis inducida por inmunoterapias utilizadas en el tratamiento del cáncer. Este avance permite diferenciar las respuestas inmunológicas que afectan al corazón de las que combaten los tumores. Además, descubrieron biomarcadores en sangre que podrían predecir la aparición de inflamación cardíaca en pacientes tratados con inhibidores de puntos de control inmunitario (ICI).

Incidencia de las miocardiopatías

Las miocardiopatías son enfermedades poco comunes del músculo cardíaco, con frecuencias que varían según el tipo y la población afectada. Según la Guía ESC 2023 sobre el manejo de las miocardiopatías, publicada por la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), la miocarditis se define como una inflamación del músculo cardíaco, también conocida como miocardiopatía inflamatoria (MI). La miocardiopatía hipertrófica (MCH) afecta aproximadamente al 0,2% de los adultos y al 0,029% de los niños, mientras que la dilatada (MCD) se presenta en el 0,036–0,4% de los adultos y en el 0,026% de los niños. En recién nacidos y lactantes, la incidencia es mayor, llegando hasta el 0,046%.

La miocardiopatía arritmogénica del ventrículo derecho (MAVD) es más rara, afectando al 0,078% de los adultos, y la miocardiopatía restrictiva (MCR) es extremadamente infrecuente, con menos de un caso por cada 300.000 niños.

Opiniones de especialistas

El doctor Claudio Martin, presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC), explicó que la miocarditis es un evento muy poco frecuente en pacientes que reciben inmunoterapia, representando menos del 1% de los casos. Sin embargo, a pesar de su baja prevalencia, es una complicación grave que puede tener un pronóstico severo y, en muchos casos, resultar fatal.

Por su parte, el doctor Guillermo Maccagno, jefe del departamento de cardiología del Hospital Tornú, destacó que el desafío en cardio-oncología es evitar que el paciente sufra eventos cardiovasculares durante su tratamiento oncológico y asegurar que pueda completar el mismo. Señaló que la miocarditis es una patología grave, por lo que el diagnóstico precoz es fundamental para prevenir complicaciones mayores, como insuficiencia cardíaca, muerte súbita o la interrupción de un tratamiento esencial para el paciente.

Avances en la investigación

La miocarditis inducida por inmunoterapia, aunque poco común, es una complicación severa asociada a los inhibidores de puntos de control inmunitario. Estos medicamentos, diseñados para potenciar el sistema inmunológico contra el cáncer, pueden desencadenar inflamación en órganos sanos, incluido el corazón.

El estudio publicado en Nature proporciona información crucial sobre esta condición. Los investigadores identificaron células inmunitarias y vías moleculares que contribuyen a la inflamación cardíaca, así como posibles biomarcadores en sangre que permitirían prever la gravedad de la miocarditis en cada paciente. Este hallazgo representa un paso hacia terapias personalizadas que mantengan la eficacia antitumoral sin comprometer la salud cardíaca.

Desafíos y perspectivas futuras

El manejo de la miocarditis inducida por inmunoterapia presenta retos significativos debido a su alta mortalidad y dificultad para detectarla tempranamente. Aunque es una complicación infrecuente, su gravedad exige una vigilancia estrecha y una atención multidisciplinaria.

Es fundamental que los oncólogos y cardiólogos trabajen en conjunto para identificar tempranamente los síntomas y aplicar tratamientos adecuados. La investigación en curso ofrece esperanza para desarrollar estrategias que permitan continuar con las inmunoterapias necesarias para combatir el cáncer, minimizando los riesgos cardiovasculares.