El fútbol argentino vive un momento dorado gracias al desempeño excepcional de sus principales figuras. Lionel Messi, Emiliano el «Dibu» Martínez y Lionel Scaloni han demostrado una vez más su talento y liderazgo, cosechando éxitos tanto a nivel individual como colectivo. Sus logros los posicionan como referentes mundiales y han consolidado el prestigio del fútbol argentino en el escenario internacional.

Desde su llegada al Inter Miami, la Pulga ha revolucionado la Major League Soccer (MLS). Con una cantidad impresionante de goles y asistencias, Messi ha liderado a su equipo a la clasificación para el Mundial de Clubes. Además, se ha convertido en el máximo ídolo de la afición estadounidense. Su influencia en el juego y su capacidad para definir partidos lo mantienen como uno de los mejores futbolistas del mundo.

La Pulga está entre los 15 futbolistas que se podrían quedar con el premio a «mejor constructor de juego del Mundo«, entregado por la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS). El rosarino ya levantó la estatuilla en cinco ocasiones (2015, 2016, 2017, 2019 y 2022). De esta forma, siendo el más ganador de esta categoría, por delante de Xavi Hernández (4).

El Dibu Martínez ha demostrado ser uno de los arqueros más seguros y confiables del mundo. Su destacada actuación en el Mundial de Qatar 2022, donde fue clave para el título argentino, lo consolidó como uno de los mejores guardametas del planeta. Su seguridad bajo los tres palos y sus atajadas espectaculares lo convierten en un referente para los arqueros jóvenes. Y por ello terminó levantando el trofeo al mejor arquero de 2024.

El entrenador campeón del mundo ha sabido construir un equipo sólido y competitivo. Su capacidad para gestionar un grupo de jugadores de gran talento y experiencia ha sido fundamental para los éxitos de la Selección Argentina. Scaloni ha logrado imponer un estilo de juego definido y ha generado una gran identificación con la afición. Sin embargo, este año no pudo repetir el trofeo, el cual quedó en manos de Carlos Ancelotti.