La inflación no se detiene. El 7,7% de marzo encendió todas las alarmas y temores de que, sin un plan eficaz, la escalada del IPC termine en hiperinflación. Y hay motivos para creer, que la probabilidad de que suceda sea alta. El salto en la cotización del dólar blue, puso evidencia que la calma que parecía instalarse hasta las PASO no fue más que un deseo frustrado, para llegar octubre.

Uno de los problemas que tiene el país es la falta de independencia del Banco Central. La posibilidad de que el Poder Ejecutivo, sin importar la bandera política que levante, pueda imprimir sin restricción es una bomba de tiempo. Al menos, así lo sostienen los principales expertos económicos. Si la situación económica y financiera mundial es estable, es probable que no detone. Pero está claro, que cualquier imprevisto termina afectando de manera exponencial los planes de futuro argentino.

Condiciones para la dolarización

Según el Analista Financiero, Matías Peláez, lo primero que hay que tener en cuenta es que, para llevar a cabo una dolarización es necesario un escenario acorde. Es decir, contar con un stock de divisas de u$s45.000 millones, para rescatar los pasivos del BCRA (base monetaria más LELIQ), es uno de los requisitos.

La cifra parece muy alta (más para las actuales arcas del Central). No obstante, la Argentina tendría posibilidades de llegar a esta cifra gracias a dos variables: adelantos transitorios y títulos, por un lado, y por otro, las letras y bonos del tesoro. Hoy, en términos nominales, suman unos u$s94.000 millones. Sin embargo, su cotización está a un 25% del valor nominal. En consecuencia, desprendiéndose de ellos, pueden conseguirse unos u$s23.500 millones.

Para obtener los millones restantes, Peláez detalla que hay distintas alternativas: una es lograr un shock de confianza, que permita elevar esa cotización. Una paridad al 47,5% implicaría conseguir los u$s45.000 millones necesarios sin mayores esfuerzos. Dado que la confianza es un activo que está muy devaluado, otra de las opciones es, valga la redundancia, devaluar. Si la cotización del dólar oficial fuera como la del Contado con Liquidación, la venta de letras y bonos alcanzaría para liquidar los pasivos.

Otro de los caminos posibles es a través de los organismos de crédito internacional. Sin embargo, esta alternativa parece poco probable, si se considera el endeudamiento actual y los problemas para poder cumplir con los pagos y metas establecidas.

Déficit fiscal: el gran problema de todos los Gobiernos

Para finalizar, el analista expresa: «Queda claro que la Argentina no se puede permitir continuar con un déficit fiscal estrafalario como el actual y mucho menos emitir sin miramientos para cubrirlo. Esa fórmula es precisamente la que nos llevó a donde estamos. Por eso, para ponerle fin a la inflación hay que terminar con la emisión. Y para ello no queda más remedio que quitarle al Ejecutivo la potestad de hacerlo. Solo así se podrá conseguir administrar los ingresos que efectivamente obtiene el Estado».

«Es imperante, para lograr avanzar en la solución, ponerse de acuerdo. Que todos coincidan en que imprimir billetes genera una suba de precios. Si todos coinciden en ese diagnóstico, probablemente hayamos dado un paso importante«, concluyó.