La estrategia del Banco Central con el REPO de USD 1.000 millones y la baja del riesgo país
El reciente crédito por USD 1.000 millones cerrado en diciembre por el Banco Central (BCRA) con un grupo de bancos privados marca un hito significativo en el retorno de Argentina al mercado internacional. Aunque el monto pueda parecer modesto, el gesto envía un mensaje claro de confianza en la gestión de Javier Milei. Lo llamativo es que el mercado ofreció USD 2.850 millones, pero el Gobierno decidió tomar solo una tercera parte, ya que los dólares necesarios para cubrir los vencimientos están asegurados. Además, los fondos provendrán del superávit fiscal logrado en 2024, una muestra de credibilidad en las políticas económicas implementadas.
El acuerdo de «repurchase agreement» (REPO) no solo refuerza la estrategia de financiamiento del Gobierno, sino que también se presenta como un contraste directo con las promesas incumplidas de gestiones anteriores. Mientras que Sergio Massa había anunciado un REPO que nunca concretó, el equipo liderado por Luis Caputo y el BCRA ha logrado no solo cerrar la operación, sino hacerlo a una tasa del 8,8%, inferior al 9%, y con una demanda que superó ampliamente lo aceptado.
El uso de los fondos para cubrir vencimientos de deuda en enero y julio refuerza la estabilidad financiera del país. Los USD 6.009 millones ya depositados en el BCRA, sumados a transferencias previas, aseguran los pagos a acreedores sin la necesidad de emitir nueva deuda en condiciones desfavorables. Esto, a su vez, apunta a una mayor caída del riesgo país, que ya se encuentra cerca de perforar el piso de los 600 puntos.
El superávit fiscal como eje de la política económica
El pago de deuda con superávit fiscal es un logro que Argentina no veía desde hace 16 años. El equipo económico proyecta que el crecimiento del PBI del 5% en 2025, junto con la estabilidad inflacionaria, permitirá mantener este esquema. Además, el uso prudente de los recursos en 2024 sentó las bases para que el país pueda avanzar en la reducción de la deuda externa sin comprometer su estabilidad macroeconómica.
El Gobierno confía en que los dólares utilizados para pagar a los acreedores volverán al país mediante reinversiones en bonos argentinos, lo que fortalecerá aún más la posición financiera y podría permitir tasas de interés más bajas en futuras operaciones.