Las próximas elecciones legislativas, previstas para 2025, marcarán un hito en la reconfiguración del Congreso de la Nacióncon un claro fortalecimiento proyectado para La Libertad Avanza (LLA), el partido de Javier Milei. Según las proyecciones, el oficialismo pone en juego solo una pequeña porción de sus bancas, lo que les permitirá consolidar aún más su poder en ambas Cámaras del Congreso. Con este panorama, Milei se acerca cada vez más a su objetivo de mantener el control legislativo sin depender de los aliados tradicionales.

En la Cámara de Diputados, el oficialismo pone en juego apenas ocho de sus 39 bancas, lo que da a LLA una ventaja considerable. La renovación de la personería jurídica en 21 provincias, con procesos pendientes en tres más, permite a Milei y su hermana Karina tener un control total sobre las listas de candidatos, asegurando la lealtad absoluta de los futuros legisladores. Esto contrasta con el escenario previo, donde diputados como Oscar Zago y Lourdes Arrieta, provenientes de otros partidos, fueron fuentes de disenso dentro de la coalición, provocando incomodidad en el Gobierno por sus muestras de autonomía.

Si LLA repite el porcentaje de votos obtenido en la primera vuelta de las presidenciales (29,9%), se proyecta que sumaría 32 bancas, alcanzando un total de 71. En el escenario optimista, basado en los resultados del balotaje (55,6%), el partido podría ganar hasta 50 bancas, totalizando 89 escaños. Este crecimiento consolidaría una bancada más poderosa, y si alcanzan más de 87 diputados, podrían vetar proyectos de forma autónoma, sin necesidad de alianzas con otros partidos.

La competencia del PRO y la UCR

El panorama se complica para el PRO y la UCR, quienes pondrán en juego más de la mitad de sus bancas en Diputados. La UCR, que bajo la conducción de Rodrigo de Loredo lidera una de las bancadas más significativas, renueva 14 de sus 20 escaños. Una mala elección podría relegar a los radicales a un rol casi marginal. Lo mismo sucede con el PRO, que podría perder hasta nueve bancas, quedándose con alrededor de 29 escaños.

En el Senado, la UCR también enfrenta desafíos importantes. De las 13 bancas que ocupa, podría perder entre tres y cuatro, mientras que el PRO perdería entre uno y tres escaños. Las figuras de alto perfil, como Martín Lousteau y Guadalupe Tagliaferri, estarán en juego en distritos clave, lo que podría definir el futuro del partido en la Cámara Alta.