El 2024 marcó un hito para los inversores que optaron por estrategias de carry trade, obteniendo ganancias excepcionales en un contexto económico caracterizado por la estabilidad cambiaria y una política de emisión cero. Los rendimientos de esta estrategia superaron cualquier expectativa reciente, consolidándola como la más exitosa del año pasado.

“El que apostó por el peso, ganó”, resumen los analistas al evaluar los resultados del carry trade, que consiste en invertir en instrumentos en pesos para luego convertir las ganancias en dólares. Según Nery Persichini, economista de GMA Capital, el bono del Tesoro con vencimiento en 2026 (TO26) fue el instrumento estrella, con un rendimiento de 236,6% en términos reales y un 176% en dólares frente al dólar contado con liquidación (CCL).

En tanto, los plazos fijos en pesos generaron una ganancia del 42% en dólares, superando el récord de 2003. Los plazos fijos UVA, ajustados por inflación, alcanzaron un retorno del 130% en dólares, favorecidos por el pico inflacionario de principios de año.

“La clave de estas ganancias no fue únicamente la tasa de interés, sino la significativa apreciación real del peso”, explicó Persichini. A lo largo del año, el peso registró su fortalecimiento más importante desde 1990, con un dólar CCL que se apreció un 22% nominal, pero cayó un 38% en términos reales.

Factores detrás del éxito

El fortalecimiento del peso fue producto de un programa fiscal y monetario consistente implementado por el Gobierno, sumado a la estabilidad cambiaria. Fernando Camusso, director de Rafaela Capital, destacó que “la apreciación cambiaria lógica tras el overshooting inicial, junto con un reordenamiento macroeconómico, permitió rendimientos excepcionales en el carry trade”.

Camusso anticipó que el carry trade podría extender su recorrido en 2025, especialmente si el ritmo del crawling peg (ajuste mensual del tipo de cambio oficial mayorista) disminuye del actual 2% al 1% mensual, y el ingreso de divisas al país se mantiene estable.

Impacto en las reservas y el mercado cambiario

El éxito del carry trade también benefició al Banco Central, que logró adquirir más de USD 4.300 millones en el segundo semestre de 2024. Juan Manuel Franco, economista jefe de Grupo SBS, subrayó que la diferencia de tasas entre pesos y dólares incentivó la venta de divisas en el Mercado Único y Libre de Cambio (MULC), permitiendo que la autoridad monetaria cerrara el año con un superávit neto en reservas.

Sin embargo, Franco advirtió sobre los desafíos para 2025: el acceso al MULC por parte de importadores, la dinámica de exportaciones agropecuarias en un contexto de apreciación cambiaria y precios bajos de la soja, y la evolución de exportaciones energéticas tras un superávit en 2024.