Dejar de fumar: cuantos años de vida se pueden recuperar al abandonar el tabaquismo según la ciencia
Con cada nuevo año llegan las resoluciones personales, y para muchos fumadores, enero representa una oportunidad para dejar de fumar y transformar su salud. Abandonar el tabaquismo no es solo un propósito alcanzable, sino una decisión que puede mejorar significativamente la calidad de vida a corto y largo plazo. Dejar de fumar no es fácil; requiere determinación y, en muchos casos, apoyo externo. Sin embargo, sus beneficios son tangibles y evidentes: mayor energía, control personal renovado y un impacto positivo en el bienestar físico y emocional.
Un estudio reciente de la University College de Londres (UCL), publicado en el Journal of Addiction, reveló que un fumador que consume diez cigarrillos diarios puede evitar la pérdida de un día de vida en solo ocho días tras dejar el hábito. Si mantiene el esfuerzo durante un año, puede recuperar hasta 50 días de vida. Cada cigarrillo representa una pérdida promedio de 20 minutos de vida: 17 minutos para los hombres y 22 minutos para las mujeres. Esto duplica las estimaciones previas del año 2000.
La doctora Sarah Jackson, investigadora principal del grupo de alcohol y tabaco del UCL, señaló que “fumar no solo acorta los años finales marcados por enfermedades, sino también los relativamente saludables de la mediana edad”. Según la investigación, un fumador de 60 años puede presentar un perfil de salud similar al de un no fumador de 70 años.
Los beneficios inmediatos y a largo plazo de dejar de fumar
Abandonar el tabaquismo genera ventajas inmediatas y sostenidas en el tiempo. Ana María Putruele (MN 55966), jefa de Neumonología del Hospital de Clínicas José de San Martín, explicó cómo el cuerpo comienza a recuperarse:
- A los 20 minutos, la presión arterial y el ritmo cardíaco disminuyen.
- A las 12 horas, los niveles de monóxido de carbono en sangre se normalizan.
- De 1 a 9 meses, mejora la función pulmonar y desaparecen síntomas como la tos y la dificultad para respirar.
A más largo plazo, los beneficios se amplían:
- A 1 año, el riesgo de enfermedad cardíaca se reduce a la mitad.
- A 5 años, disminuye el riesgo de cáncer en boca, garganta, esófago y accidente cerebrovascular.
- A 10 años, el riesgo de morir por cáncer de pulmón se reduce a la mitad.
- A 15 años, el riesgo de enfermedad coronaria se iguala al de alguien que nunca fumó.
Además de los beneficios físicos, el impacto positivo en la calidad de vida es significativo. El cardiólogo Francisco Toscano (MN 95358) destacó que “desde el sabor de la boca hasta el olor de la ropa, pequeños detalles hacen la diferencia”. También subrayó la independencia psicológica que se gana al dejar el cigarrillo.
En el ámbito social y estético, Putruele mencionó que “el cabello recupera su brillo, la piel se vuelve más firme y los dientes y dedos manchados lentamente se blanquean”. Además, las personas encuentran menos obstáculos para convivir en espacios compartidos, como lugares de trabajo.
El aspecto económico también es relevante. Toscano señaló que “un fumador que consume un paquete diario podría gastar miles de pesos al mes. Dejar de fumar no solo suma vida, sino que también ahorra dinero”.
Herramientas y desafíos para abandonar el cigarrillo
Según Putruele, la mayoría de las personas necesita varios intentos antes de dejar de fumar. “Es importante ver esos intentos como experiencias de aprendizaje, no como fracasos”, enfatizó.
Entre las herramientas disponibles destacan los parches de nicotina, medicamentos y terapias de reemplazo. Aplicaciones móviles y programas personalizados también pueden ser útiles para quienes buscan apoyo. Además, el acompañamiento médico y psicológico aumenta significativamente las probabilidades de éxito.
En cuanto a los vapeadores, Toscano advirtió que no son una alternativa segura. “El uso de vapeadores entre jóvenes en Europa es alarmante. Debemos educar sobre sus riesgos, especialmente a los más chicos”.