La reforma fiscal impulsada por el Gobierno nacional empezará a tener un impacto significativo en 2025, con la primera actualización semestral del piso del Impuesto a las Ganancias en enero. Este ajuste estará basado en la inflación acumulada desde octubre de 2024, una medida excepcional que marca un cambio en la forma de calcular el tributo. En julio de 2025 se realizará otro ajuste, esta vez considerando la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del primer semestre de ese año.

A partir de enero de 2025, el monto mínimo a partir del cual los trabajadores comenzarán a pagar el Impuesto a las Ganancias será de $2.285.136 para quienes no tengan hijos, y de $3.000.000 para aquellos con dos menores a cargo. Hasta diciembre de 2024, estos valores eran de $2.040.300 para personas solteras y $2.682.208 para trabajadores casados con dos hijos.

Este incremento busca reflejar la variación inflacionaria acumulada y evitar que los aumentos salariales otorgados para mitigar la pérdida de poder adquisitivo terminen siendo absorbidos por el tributo. Además, se espera que esta nueva mecánica de actualización semestral permita una mayor previsibilidad para los contribuyentes.

Revisión del esquema de Ganancias

En septiembre de 2024, la extinta Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) publicó una actualización extraordinaria del esquema del Impuesto a las Ganancias como parte del paquete fiscal aprobado por el Congreso. Según esta tabla, el mínimo no imponible pasó a $2.030.000 para un trabajador soltero y a $2.630.000 para un casado con dos hijos.

Este ajuste, calculado sobre la base de la inflación de junio (4,6%), julio (4,0%) y agosto (4,2%), representó un incremento del 12,8% en las escalas y deducciones aplicables a partir de octubre. Con este cambio, los salarios comenzaron a tributar de forma progresiva, con alícuotas que oscilan entre el 5% y el 35%, en lugar de aplicar directamente el 27% a los haberes que superaban el mínimo no imponible, como sucedía en el régimen anterior.

Impacto de la nueva metodología

El antiguo esquema de Ganancias no contemplaba una actualización automática de las escalas y deducciones, lo que provocaba que los salarios alcanzaran rápidamente el mínimo no imponible a medida que se ajustaban por inflación. Este fenómeno incrementaba de manera desproporcionada la carga tributaria sobre los trabajadores.

Con la nueva metodología, se busca evitar esta distorsión al ajustar las escalas semestralmente según la inflación. Así, el impacto del tributo se distribuirá de forma más equitativa y progresiva entre los diferentes niveles de ingresos.

Progresividad en las alícuotas

El sistema reformado establece un esquema progresivo de alícuotas que van desde el 5% hasta el 35%, dependiendo del nivel salarial. Esto garantiza que el impuesto sea más justo, ya que los trabajadores con ingresos más altos asumirán una mayor proporción de la carga tributaria, mientras que aquellos con ingresos cercanos al mínimo no imponible verán reducido su impacto.