La reciente visita de un grupo de diputados radicales a la Casa Rosada, invitados por el presidente Javier Milei, ha desatado una fuerte controversia dentro de la Unión Cívica Radical (UCR). El foco de la disputa interna se centra en la naturaleza y el propósito de este encuentro, generando interrogantes sobre posibles alianzas y reconfiguraciones en el Congreso.

Trece diputados de la UCR finalmente participaron de la reunión en la sede del gobierno, un evento que, según las declaraciones oficiales, no tuvo como objetivo la negociación de acuerdos electorales. Sin embargo, este encuentro ha reavivado las especulaciones sobre posibles pactos políticos y estrategias parlamentarias de cara al 2025.

Los tres diputados que fueron expulsados del bloque radical —Mariano Campero, Luis Picat y Martín Arjol— ya tenían programada la reunión con Milei desde la semana anterior. A ellos se sumarían otros legisladores como Francisco Monti, Pablo Cervi y José Tournier. Según fuentes cercanas a estos diputados, la expulsión del bloque aceleró la concreción de este encuentro, que venían buscando desde hace tiempo.

En un giro paralelo, Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, contactó a Rodrigo De Loredo en vísperas de Navidad. Y así invitarlo a la reunión con el Presidente, buscando, según trascendió, agradecer el apoyo brindado por el bloque radical durante el año legislativo. De Loredo, actuando con rapidez, logró sumar a un importante número de diputados a la convocatoria, contando con el respaldo de Alfredo Cornejo, quien facilitó la participación de legisladores de su círculo cercano, como Pamela Verasay, Lisandro Nieri y Soledad Carrizo.