En la tarde de hoy, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), informó las cifras de desocupación a nivel nacional y regional. El índice de desempleo bajó al 6,3% al término del 2022. Lo que significa, siete décimas menos que el 7% registrado en similar período de 2021. Las cifras indican, también, que bajó la tasa de desocupación a nivel provincial.

A pesar de la leve mejora, desde el INDEC indicaron que se incrementó la cantidad de trabajadores (registrados o informales) que buscan un segundo empleo debido a que la inflación rebasa los salarios. Un trabajo registrado no garantiza estar por encima de la línea de la pobreza. Si ese asalariado mantiene una familia requerirá más de $ 154.000 mensuales (último cálculo de la Canasta Básica Total) para no caer en el penúltimo escalón de la pirámide socioeconómica, medida por ingresos.

Por su parte, la subocupación demandante, que comprende a las personas que trabajan hasta 35 horas semanales y quieren sumar más horas. Esta terminó alcanzando, en el último trimestre del año pasado, el 7,1%; por debajo del 8,6% de igual período del 2021. En tanto, la subocupación no demandante, se ubicó en 3,8%, frente al 3,5% del cuatro trimestres del año anterior. Todas estas variaciones se produjeron en un año en que el Producto Bruto Interno creció 5,2 % y la inflación fue del 94,8%, según datos oficiales.

La búsqueda de un segundo trabajo en Tucumán

A fines de 2021, el 24,4% de los ocupados del aglomerado urbano estaban en esa situación. El dato del último trimestre de 2022 refleja que ese guarismo subió al 25,6%. Sin embargo, cabe aclarar que se trató de un año complicado, en materia de ingresos, con una inflación interanual de casi tres dígitos. La falta de oportunidades laborales es más profunda en territorio tucumano que, por ejemplo, en otros distritos del NOA.

La informalidad laboral afecta a casi el 45% de los asalariados del Gran Tucumán-Tafí Viejo. Es decir, cerca de 110.000 personas, casi la misma dotación de personal que cuenta el sector público provincial. En general, el salario que perciben es, en promedio, un 30% más bajo que un empleado registrado.