La Corte Suprema pone en jaque al Fuero Laboral y a los sindicalistas con su último fallo
La Corte Suprema de Justicia de la Nación emitió un fallo que podría cambiar drásticamente la dinámica de los juicios laborales en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La decisión establece que el Tribunal Superior de Justicia porteño (TSJ) tendrá la última palabra en los juicios ordinarios, incluido el fuero laboral. Esta medida, que los sindicatos rechazaron de inmediato, podría ser vista como un avance hacia una justicia más equilibrada, menos influenciada por intereses corporativos y políticos.
El sindicalismo, históricamente cercano al kirchnerismo, expresó su descontento con la decisión de la Corte Suprema. La Unión de Empleados Judiciales de la Nación (UEJN), liderada por Julio Piumato, emitió un comunicado acusando al fallo de buscar un «control político del fuero laboral». En sus palabras: «Lo fallado solo tiene como objetivo principal garantizar la impunidad de Mauricio Macri en la causa Correo Argentino en desmedro del Estado nacional».
Sin embargo, este tipo de reacciones del sindicalismo no sorprende, dado su historial de alineación con políticas y discursos afines al kirchnerismo. En el pasado, los sindicatos han sido señalados por ejercer una fuerte influencia en la justicia laboral. Y es que muchos argentinos consideran que los fallos han favorecido sistemáticamente a los intereses sindicales. Y dejando de lado los derechos de los empleadores e incluso los de los trabajadores que no están afiliados.
¿Un cambio hacia la imparcialidad?
El fuero laboral ha sido percibido por muchos como un espacio con una marcada parcialidad hacia los sindicatos. La Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, un tribunal clave en este ámbito, ha emitido numerosas sentencias que han sido criticadas por tener un sesgo ideológico y político en favor de los gremios. La posibilidad de que el TSJ de la Ciudad revise estas decisiones podría, según algunos expertos, equilibrar la balanza. En consecuencia, promover una justicia menos politizada y más centrada en la legalidad.
El Tribunal Superior de Justicia porteño, compuesto por jueces designados en su mayoría por gobiernos de PRO, como Inés Weinberg y Santiago Otamendi, genera resistencia en los gremios. Sin embargo, desde sectores independientes, esta nueva instancia es vista como una oportunidad para romper con las estructuras judiciales asociadas a décadas de influencia sindical.
Un sindicalismo en alerta por la pérdida de poder
Para el sindicalismo, este fallo representa una amenaza directa a su influencia histórica en la justicia laboral. La posibilidad de que la Ciudad de Buenos Aires asuma competencias sobre este fuero implica un desplazamiento del poder que han acumulado durante años. Este cambio estructural, aunque todavía en proceso, ha encendido las alarmas. Especialmente, en un sector acostumbrado a operar en un ámbito donde su peso político se traduce en fallos favorables.
Cabe destacar que, bajo el control sindical, muchas decisiones del fuero laboral han sido señaladas como perjudiciales. Específicamente, para el sector productivo y para los trabajadores no sindicalizados. En este contexto, no resulta sorprendente que amplios sectores de la sociedad argentina vean con buenos ojos un posible cambio. Uno que reduzca la parcialidad en la administración de justicia laboral.