El Ministerio de Economía, a cargo de Luis Caputo, dejó en claro su estrategia monetaria con la última licitación de títulos del Tesoro, donde convalidó tasas superiores a las que se operaban en el mercado secundario. Este movimiento refleja la intención del Gobierno de mantener la demanda de pesos, especialmente en un contexto de incertidumbre tanto local como internacional.

Las tasas de los bonos colocados se ubicaron en valores que oscilaron entre 35% y 36% anual en pesos, muy por encima del nivel de inflación proyectado por el Relevamiento de Expectativas de Mercado, que estima un índice inferior al 25% para todo 2025. Además, estas tasas superan ampliamente el ritmo de devaluación del dólar oficial, que desde este mes se ajusta apenas un 1% mensual.

Una señal para exportadores e inversores

El mensaje del equipo económico es claro: el carry trade sigue siendo una opción rentable, ya que el rendimiento de la inversión en pesos es significativamente mayor al ajuste del tipo de cambio oficial. La consecuencia directa es un incentivo para los exportadores a liquidar divisas lo antes posible, aprovechando la baja de retenciones y evitando quedar posicionados en dólares, cuya variación está por debajo de la tasa de interés.

Para los inversores, la estrategia del Gobierno también busca desalentar la compra de dólares financieros. Con la brecha cambiaria estabilizada por debajo del 15%, la intención es evitar cualquier movimiento brusco en los próximos meses que pueda alterar el equilibrio del mercado.

Un escudo ante la incertidumbre y la negociación con el FMI

El economista jefe de FIELDaniel Artana, destacó que la política de tasas elevadas responde a la necesidad del Gobierno de mantener la estabilidad cambiaria hasta cerrar la negociación con el FMI. «Los niveles de tasa altos que maneja el Gobierno algo nos están diciendo. Es evidente que quieren evitar cualquier ruido mientras no se cierre el acuerdo», explicó.

Los mercados internacionales agregan más presión. En los últimos días, el riesgo país aumentó a 769 puntos básicos, lo que golpeó a bonos y acciones argentinas. A pesar de esto, los tipos de cambio se mantuvieron estables, lo que refuerza la idea de que el BCRA y el Ministerio de Economía trabajan activamente para evitar una disparada del dólar financiero.