El estudio publicado el 22 de marzo en la revista Nature, da cuenta del emotivo caso de un paciente con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Por primera vez, el hombre de 34 años pudo compartir algunas palabras con su familia, con la sola intención de mover los ojos. La hazaña se consiguió gracias al implante de microchips cerebrales, lo que representó un avance significativo en la tecnología para el tratamiento de la enfermedad.

Chips cerebrales

Según explica la bióloga y estudiante de Maestría en Farmacia y Bioquímica, Aisa Olazo, en Robotitus, la enfermedad avanzó tan rápido que, a los meses de su diagnóstico, el paciente ya había perdido la capacidad de caminar y hablar. Un año después, necesitó de un ventilador mecánico para poder respirar. Y un año más tarde, perdió la capacidad de fijar la mirada.

Antes de que el paciente perdiera la capacidad de mover los ojos, accedió a un procedimiento quirúrgico por el que le fueron implantados dos microchips en su cerebro. Concretamente, los dispositivos se colocaron en la parte cerebral que controla el movimiento muscular.

«Gracias»

Una vez que el paciente aprendió a controlar la frecuencia de activación de sus señales cerebrales, pudo responder a un programa de ortografía y seleccionar letras específicas, pronunciadas en voz alta por el programa, para formar palabras e incluso oraciones. Cada letra que el paciente escuchó tomó alrededor de un minuto para que respondiera, haciendo que fuera un progreso lento. Sin embargo, por primera vez en mucho tiempo, el dispositivo le permitió a este hombre expresarse.

La primera frase que el paciente pronunció con éxito fue un «Gracias» al neurobiólogo principal de su caso, Niels Birbaumer.

Tuvieron que pasar 247 días después del procedimiento quirúrgico hasta que el paciente dio su veredicto sobre el dispositivo: «Muchachos, funciona sin esfuerzo«. Expresó luego de dominar el manejo del mismo. El día 251 le envió un mensaje a su hijo: «Amo a mi hijo«. Luego le pidió que viera una película de Disney con él.

El día 462, el paciente manifestó que su “mayor deseo es una cama nueva”, y que al día siguiente podría ir con sus seres queridos a un asado. El progreso del paciente ha conmovido a los científicos y a todos a su alrededor.

El avance revolucionario

Cada chip está equipado con 64 electrodos en forma de aguja, los cuales detectan sus intentos conscientes de moverse. Esa actividad cerebral se envía a una computadora, que traduce los impulsos en una señal de «sí» o «no». Esta es la primera vez que un paciente de ELA sin la capacidad de usar sus ojos ha logrado hacer algo similar.

«Hasta donde sabemos, el nuestro es el primer estudio en lograr la comunicación de alguien que no tiene movimiento voluntario remanente y, por lo tanto, para quien la BCI (Intefaz cerebral por computadora, en inglés) es ahora el único medio de comunicación», indicó el neurocientífico Jonas Zimmermann.

Esclerosis Lateral Amiotrófica: preso en su propio cuerpo

La ELA es una enfermedad del sistema nervioso que debilita los músculos a tal punto de impedir cualquier movimiento. Este «pseudocoma» también es conocido como síndrome de «encerramiento», porque aunque los pacientes no puedan moverse, están toalmente conscientes. Es decir, son capaces de ver, oír, saborear, oler, pensar y sentir, pero «presos en su propio cuerpo».

En caso de poder mover sus ojos, los pacientes a veces podrán parpadear para hacerse entender, pero en algunos casos avanzados, incluso esa forma básica de comunicación, es imposible. El paciente que ha sido noticia en los últimos días presentaba un caso así de severo.