El presidente Alberto Fernández repudió este domingo el «intento de golpe de Estado» en Brasilia y, como presidente pro tempore de la CELAC y el Mercosur, llamó a los países miembros a unirse «en esta inaceptable reacción antidemocrática que intenta imponerse en Brasil»

El mandatario argentino manifestó su incondicional apoyo y el del pueblo argentino al presidente Luiz Inácio Lula da Silva que asumió recientemente su nuevo mandato. En un hilo de Twitter, el mandatario argentino enfatizó que «la democracia es el único sistema político que garantiza libertades y nos obliga a respetar el veredicto popular».

En ese sentido, advirtió que «quienes intentan desoír la voluntad de las mayorías, atentan contra la democracia y merecen no solo la sanción legal que corresponda, sino también el rechazo absoluto de la comunidad internacional». Fernández transmitió un mensaje a la comunidad regional para que todo el bloque esté en estado de alerta ante «esta inaceptable reacción antidemocrática que intenta imponerse en Brasil»

Los sucesos de la jornada de ayer en Brasil

A una semana de que Luiz Inácio Lula da Silva asumiera su tercer mandato como presidente de Brasil, un grupo de simpatizantes del mandatario saliente Jair Bolsonaro, que nunca reconocieron la derrota, rompieron el vallado de la Policía Militar e invadió el edificio del Congreso Nacional. Los manifestantes se concentraron en el Cuartel General del Ejército, en Brasilia, y descendieron hacia la Esplanada de los Ministerios este domingo por la tarde.

Además, se reportaron destrozos en el interior de una capilla próxima a la sede de la Corte Suprema. Allí, las personas arrojaron papeles, bombas de humo y rompieron las ventanas como una manera de protesta de disconformidad al nuevo gobierno. Por su parte, el ex presidente Jair Bolsonaro, desde los Estados Unidos, negó las las acusaciones y vinculaciones con los responsables de la invasión golpista de sus seguidores en el palacio de Planalto, el Congreso y el Supremo Tribunal Federal.

Terminando la tensa jornada del domingo, el gobierno de Lula pidió a la Corte Suprema que ordene la captura del secretario de Seguridad de Brasilia. También el gobernador de Brasilia, Ibaneis Roncha, confirmó que la cifra de detenidos tras los violentos incidentes se elevó a por lo menos 400 personas.