En la mira de la motosierra: cuáles son los impuestos que Javier Milei buscará eliminar
El Gobierno de Javier Milei enfrenta un desafío fiscal significativo al entrar en el 2025, con promesas de aliviar la presión tributaria sobre los contribuyentes, particularmente en sectores estratégicos como el agropecuario. Tras un 2024 marcado por un aumento en la recaudación tributaria debido al Impuesto PAIS y el paquete fiscal de la Ley de Bases, el enfoque se centra ahora en reducir la carga fiscal y estimular la actividad económica.
Dos de los tributos señalados como prioridades para su revisión son los derechos de exportación y el impuesto a los débitos y créditos, conocido como impuesto al cheque. Tanto el presidente Milei como el ministro de Economía, Luis Caputo, han destacado que estos impuestos generan una carga significativa para los sectores productivos y, en particular, para el agro, que enfrenta márgenes ajustados debido a los altos costos en dólares y los bajos precios internacionales.
Sin embargo, las posibles reducciones están condicionadas a ciertos factores, como un incremento en la recaudación tributaria que podría alcanzar hasta 1,2 puntos del PBI si se cumplen las proyecciones de crecimiento del equipo económico. Estas estimaciones incluyen un crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) del 5% para este año, aunque el consenso del mercado sitúa esa cifra más cerca del 4%.
La presión del sector agropecuario
El sector agropecuario ha intensificado sus reclamos en torno a los derechos de exportación, argumentando que representan una barrera significativa para la competitividad. Según un análisis de la Fundación Mediterránea, este tributo ha contribuido históricamente entre el 0,6% y el 3,1% del PBI a la recaudación nacional, pero en 2024 esa cifra se redujo a un rango estimado entre el 1% y el 1,1%.
En términos de carga tributaria total, las retenciones representan un 44% del 64% de presión fiscal en la zona núcleo agrícola, mientras que en zonas extrapampeanas esa cifra alcanza el 57% de un total del 74%. Esto refleja el peso desproporcionado que las retenciones tienen sobre el sector, especialmente en un contexto de cesaciones de pago y crisis productiva.