Los medicamentos terminaron aumentando un 0,6%; por encima de la inflación general durante 2022, al trepar el 95,4%. Los datos se desprenden del relevamiento realizado por el el Centro de Profesionales Farmacéuticos (CEPROFAR). No obstante, algunos aumentaron muy por encima de ese valor, observándose una gran dispersión en los precios.

Los medicamentos que más se incrementaron, son los de venta libre, que están fuera de los acuerdos impulsados por el Gobierno. Se observaron picos de hasta el 137%, en los más utilizados. Considerado los distintos grupos farmacoterapéuticos, los medicamentos recetados más usados aumentaron el 93,6%. Por su parte, los más recetados, a través de obras sociales y prepagas, un 93,1%. Y los de uso pediátrico un 96,6%.

Distorsión de precios

Se observa una fuerte distorsión en los precios, con grandes diferencias entre las distintas marcas de un mismo medicamento. Hay diferencias de hasta 7 veces, entre la más cara y la más económica. Por ejemplo: omeprazol (antiulceroso), losartan (antihipertensivo), clopidogrel (antitrombótico), paracetamol (analgésico), ciprofloxacina (antibiótico) ibuprofeno (analgésico), salbutamol (broncodilatador), y enalapril (antihipertensivo), entre otros.

Esto se explica, por el bajo cumplimiento y deficiente difusión de la ley 25.649, de prescripción por nombre genérico. Las intervenciones del Gobierno, se han limitado a acuerdos de precios voluntarios con cada laboratorio, que siguen decidiendo libremente los precios de sus productos en base a sus estrategias comerciales. No se han implementado otras medidas regulatorias que podrían resultar eficientes.