Desde la organzación Nave Tierra iniciaron una campaña convocando a personas y/o instituciones que necesiten ecoladrillos para construir. Aseguran estar llegando al límite de almacenamiento y por ahora no tienen emprendimientos en proyecto.

“¿Sabés de alguien que necesite terminar una pieza?, ¿alguna escuela que necesite hacer mesas para merendar? ¿alguna plaza? Nuestro celular para WhatsApp es 3815834968”, escribieron en el Facebook del movimiento.

Sobre esta campaña, Sebastián Ogayar, referente, habló con VOVE Tucumán y explicó: “Lo que hacemos específicamente con los ecoladrillos es saber quién necesita. Recibimos mucha repercusión, por lo que haremos más grande esta campaña para poder dar una mano. Nos han escrito escuelas que necesitan bancos y sillas para los chicos, por lo que vamos a armar un tutorial para mostrar cómo se hacen”

Los ecoladrillos son botellas plásticas de menos de tres litros que son rellenadas con plásticos de un solo uso, es decir, que no se pueden reciclar. Estos son: plásticos blandos, bolsas de nylon, envoltorios de golosinas o paquetes de fideos, papel film. También pueden ir materiales como telgopor, blísters de medicamentos, sorbetes, cubiertos plásticos, cepillos de dientes.

Los ecoladrillos son utilizados para fabricar muebles modulares, espacios de jardín, paredes e incluso edificios a gran escala. Su diseño permite aprovechar la longevidad y la durabilidad del plástico para crear un bloque de construcción indefinidamente reutilizable.

Cómo armar un ecoladrillo

Lavar una botella, dejarla secar y guardar su tapa.

Ponerla en lugares estratégicos para que en vez de arrojar los residuos plásticos a la basura los depositen en la botella.

Compactar el material dentro de ella utilizando una vara de madera o algo similar.

Asegurarse que los desechos que ponemos en la botella estén limpios y secos. No usar residuos orgánicos ni pilas.

Por último, con el material en su interior bien compactado, cerrar la tapa y ya hay un ecoladrillo.

Qué es Nave Tierra

Es un centro de reciclaje de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), único en el NOA. Los mismos son aquellos artefactos dependientes de corriente eléctrica o de campos magnéticos para funcionar en forma adecuada. Incluyen los artefactos para la generación, la transferencia y la medición de corriente.

En la organización reciben a diario elementos tales como celulares, CPU, notebooks, netbooks, TV plasma, LCD, tablets, parlantes, estabilizadores, entre otros, y separan “hasta el último tornillo” para evitar que se genere basura electrónica.

Ogayar, quien es escritor, recordó que el centro surgió hace diez años a partir de su libro Sistema Avestruz. Respecto de lo que hacen, precisó que se dedican “al reciclado de la chatarra electrónica, evitando la contaminación. Separamos los plásticos por un lugar, los componentes electrónicos por otro, los metales por otro y así hasta el último tornillo de cada cosa evitando que se genere basura electrónica”.

Quienes quieran llevar las cosas que ya no utilizan a fin de que sean recicladas, pueden acercarse a calle Santa Fe 1974 y de lunes a viernes de 9 a 14 horas.