El 20 de junio de 2018, cerca de las 18:30 horas, el acusado I.R.R. conducía un auto Chevrolet Aveo, gris oscuro, por barrio Manantial Sur, cuando logró visualizar a Fabio Sebastián Farías, quien caminaba solo. Sacó un arma de fuego, le disparó y se dio a la fuga, aunque luego fue atrapado. Si bien no se saben las razones exactas de la agresión, la hipótesis principal sostiene una rivalidad de antigua data.

Antes de que Fabio falleciera, su madre, Ana María Jerez, estuvo a su lado en sus últimos momentos y escuchó que, mientras agonizaba, el joven le dijo: «Mamá, El Gordo me pegó», y suplicó por ayuda. El imputado sería un menor de edad, de 17 años. Según testimonios de la mujer, los conflictos familiares habrían comenzado cinco años atrás, en una sucesión de eventos sangrientos cometidos por venganza.

También declararon otros familiares de la víctima, que expusieron todo lo que recordaban respecto a la mortal secuencia ocurrida en 2018. Además, aportó su conocimiento una bioquímica de la Policía que intervino en el hecho.

El juicio comenzó con los alegatos el día de ayer. En su apertura, el auxiliar de fiscal Lucas Maggio expresó que en el debate se demostrará que los elementos de prueba fortalecen la teoría del caso. Al finalizar las declaraciones, los jueces dispusieron un receso hasta mañana, cuando prosiga el debate con los alegatos de cierre de las partes. Se trata de un juicio que se realizará en dos etapas: primero, se determinará la responsabilidad penal y luego, otro tribunal deberá establecer la pena.