Analía Zahara, una madre de familia que superó el cáncer, habló con VOVE Tucumán y contó sobre el momento que fue diagnosticada, como así también el proceso de tratamiento. Hoy en día trabaja como secretaria y se muestra orgullosa corriendo maratones y recordando que es una sobreviviente del cáncer.

Hace algunos años se enteró que tenía cáncer de mama durante un control de rutina. Aunque no tuvo síntomas, la mamografía reveló que padecía la enfermedad. «Contarles a los míos fue difícil. Sentía que me desmoronaba», recordó, pero aseguró que las palabras de su hija le dieron el valor para decir «lo saquemos cuánto antes». Además, Analía confesó que recién unos días antes de la cirugía, cuando una persona le preguntó qué le pasaba, cayó en la cuenta de lo que estaba atravesando. «Ahí lo saqué afuera y a partir de eso sentí que sabía a qué me estaba enfrentando», expresó.

Sobre su tratamiento precisó que el proceso duró seis meses, con ocho sesiones de quimioterapia y treinta de rayos. Durante ese período, afirmó que el acompañamiento de su familia, amigos y compañeros fue fundamental. Asimismo, compartió que en su experiencia su médico fue «un ángel» que la contuvo todo el tiempo.

El último día de tratamiento para ella significó un festejo total. «Sin saber resultados, yo ya sabía que había ganado la batalla. De hecho, me fui de viaje al día siguiente. Había comprado los pasajes cuando comencé la quimio. Diez días de vacaciones con mi familia y amigos. Los disfrute como nunca», recordó feliz.

Luego de que la enfermedad entrara en remisión, la mujer se propuso cumplir todos sus sueños postergados. Por eso, un año después hizo su «viaje soñado» y actualmente está cumpliendo su anhelo de juventud: correr y competir en maratones.

Al finalizar la nota, Analía aconsejó a las personas que «no descuiden su salud y que hagan controles de rutina al menos una vez al año». También, aseguró que «tratado a tiempo, se cura» y dijo que «cáncer ya no es sinónimo de muerte. No hay que tenerle miedo, hay que enfrentarlo y atacarlo.» A quienes están atravesando la enfermedad les pidió que no bajaran los brazos pese a que «a veces cansa y que hay dolor, pero pasa y queda como un vago recuerdo. ¡Se puede, siempre se puede!», cerró emocionada.