Gran cantidad de fieles de la Iglesia Católica arribaron de distintas partes de Italia y del mundo para para presentar sus respetos al sumo pontífice Benedicto XIV, fallecido el 31 de diciembre, en la Basílica de San Pedro que acoge sus restos mortales y que se mantendrá durante los tres días previos al funeral, programado para este jueves 5 de enero.

Los restos mortales de Joseph Ratzinger descansan, con vestiduras litúrgicas rojas y doradas, sobre un estrado frente al llamado altar de la confesión, en la nave central de la Basílica, con su cabeza reposando sobre un par de almohadas color carmesí y vigilado por dos guardias suizos.

El público desfiló de forma solemne y ordenada frente a la capilla ardiente a lo largo de una mañana marcada por la emoción de los asistentes, por lo que se espera que unas 35.000 personas lo sigan haciendo en los próximos días.

El jueves, desde las 9:30, el papa Francisco presidirá el funeral en la plaza de San Pedro, ante la presencia de la comunidad católica, delegaciones oficiales de Italia y del país natal de Ratzinger, Alemania. Estos funerales tienen un excepcionalidad histórica, debido a que no se vio en los últimos seis siglos la despedida de un pontífice emérito en la Santa Sede.