El uso del aire acondicionado se ha vuelto indispensable en muchos hogares, especialmente durante las olas de calor intensificadas por el cambio climático. Sin embargo, este confort puede traducirse en un aumento significativo de las facturas eléctricas, ya que estos aparatos pueden representar entre el 25% y el 50% del consumo eléctrico total durante los meses de verano.

Para mantener un ambiente fresco sin afectar gravemente el bolsillo ni el medio ambiente, es fundamental implementar medidas que optimicen el uso del aire acondicionado y promuevan la eficiencia energética en el hogar.

Ajustar correctamente la temperatura

Uno de los errores más comunes es establecer el termostato a temperaturas demasiado bajas. Mantener el aire acondicionado entre 24 °C y 26 °C es suficiente para garantizar el confort sin incurrir en un consumo excesivo de energía. Según un estudio de la Agencia Internacional de Energía (AIE), cada grado menos de temperatura incrementa el consumo eléctrico en aproximadamente un 7%. Un ajuste adecuado no solo mejora la eficiencia energética, sino que también reduce el impacto económico en la factura.

Utilizar ventiladores como complemento

Los ventiladores de techo o portátiles pueden ser grandes aliados para mejorar la circulación del aire frío en el hogar. Al combinar el uso del aire acondicionado con un ventilador, se logra una distribución más uniforme del aire, lo que permite mantener la sensación de frescura sin necesidad de mantener el aire acondicionado a una potencia elevada. Esta combinación puede permitir subir la temperatura del termostato hasta 4 °C sin sacrificar el confort, contribuyendo así a un ahorro energético significativo.

Mejorar el aislamiento del hogar

Un buen aislamiento térmico es esencial para evitar que el aire frío se escape y que el calor exterior penetre en la vivienda. Se estima que hasta el 30% de las pérdidas de frío en una casa pueden atribuirse a filtraciones en ventanas y puertas. La instalación de burletes, selladores y el uso de cortinas o persianas térmicas pueden disminuir estas pérdidas, ayudando a mantener una temperatura interior agradable y reduciendo la demanda energética del aire acondicionado.

Programar el uso del aire acondicionado

Aprovechar las funciones de temporizador o programación automática que ofrecen muchos aires acondicionados modernos es una estrategia eficaz para el ahorro. Programar el equipo para que funcione solo en los momentos necesarios evita el funcionamiento ininterrumpido y reduce el consumo energético. Esta técnica es especialmente útil durante la noche, cuando las temperaturas suelen ser más bajas. Según informes de eficiencia energética, el uso de temporizadores y programas automáticos puede disminuir el gasto en energía entre un 5% y un 15%.

Realizar un mantenimiento periódico

El mantenimiento regular del aire acondicionado garantiza su correcto funcionamiento y optimiza su rendimiento energético. La acumulación de polvo y suciedad en los filtros y las bobinas puede hacer que el aparato trabaje más intensamente para alcanzar la temperatura deseada, incrementando el consumo de energía. Se recomienda limpiar los filtros al menos una vez al mes durante el periodo de uso intensivo y realizar una revisión profesional anual. Un equipo bien mantenido puede consumir hasta un 20% menos de energía.

Elegir equipos eficientes

Si está considerando adquirir un nuevo aire acondicionado, optar por modelos con tecnología Inverter o con clasificación energética A+++ es clave para garantizar un consumo eficiente. Los sistemas con tecnología Inverter ajustan automáticamente la velocidad del compresor para mantener una temperatura constante, lo que reduce el consumo en comparación con los modelos tradicionales.

Implementar estos consejos no solo contribuirá a reducir el consumo de energía y las facturas eléctricas, sino que también ayudará a minimizar el impacto ambiental asociado al uso excesivo de electricidad. La eficiencia energética es una responsabilidad compartida que beneficia tanto al usuario como al planeta.