El Senado de la Nación aprobó hoy el proyecto de Boleta Única de Papel (BUP). El proyecto de ley fue sancionado con modificaciones y volverá a Diputados para la revisión de algunos artículos. Durante la votación en general, el proyecto recibió 39 adhesiones y 30 votos en contra (con un rechazo del kirchnerismo). La definición en particular siguió en la misma línea y se incluyeron cambios en la iniciativa original. La Cámara baja deberá sancionar hasta marzo el proyecto. De no hacerlo en tiempo y forma, el texto perderá estado parlamentario y no podrá aplicarse para las elecciones del 2025.

Cómo funcionará la BUP

El modelo propuesto es el mendocino. El mismo utiliza una sola papeleta. El oficialismo y la oposición dialoguista consensuó que los cargos aparecieran sobre el margen izquierdo y de manera horizontal. Por otro lado, los partidos o alianzas aparecerán en filas verticales. A diferencia del sistema de Mendoza, la BUP no tendrá la posibilidad del casillero para votar lista completa en las generales, cuestión que el proyecto del Congreso no tiene para las PASO. Por otro lado, la duración de las campañas se ampliarán de 50 a 60 días, junto la presentación de listas 70 días antes de las PASO, en vez de 50; y la conformación de alianzas, que pasará de 60 a 80 días antes de los comicios.

Voces a favor y en contra

Desde el Frente de Todos, el peronista Pablo Bensusán (La Pampa) rechazó el proyecto. “Una reforma de esa magnitud requiere un acuerdo amplio entre las fuerzas políticas, un cuidadoso estudio del diseño del nuevo instrumento, una pormenorizada planificación de su implementación, y una amplia campaña de información e instrucción para la ciudadanía y para todos los actores implicados en el proceso electoral”, advirtió.

Por el radicalismo, Maximiliano Abad (Buenos Aires), resaltó que la BUP “es más transparente, porque se eliminan y desalientan prácticas fraudulentas como la adulteración, la destrucción, el robo de boletas o el ‘voto cadena’”. “Todos sabemos que esas prácticas existen y que es necesario dejarlas atrás”, enfatizó. «Es un avance trascendental en el plano institucional porque protege el derecho constitucional de elegir y ser elegido, con igualdad de oportunidades para las fuerzas políticas, con una votación más sencilla para la ciudadanía y con una reducción significativa del uso de recursos financieros”, destacó. En tanto, desde el PRO, la porteña Guadalupe Tagliaferri sostuvo que el proyecto «tiene consenso».