En el contexto de las celebraciones de fin de año, la licenciada en Terapia Ocupacional del CEPANI, Bernarda Blasco, destacó la relevancia de abordar la hipersensibilidad auditiva, una condición que afecta a muchas personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Esta dificultad para procesar los sonidos, amplificada en volumen y frecuencia, genera serias crisis en niños y adultos dentro del espectro.

“Es crucial concientizar y empatizar con las familias respecto al uso de la pirotecnia. Esto no solo afecta a quienes tienen TEA, sino también a sus familias, quienes deben aislarse y preparar un espacio especial para atravesar momentos de crisis marcados por llanto y angustia”, explicó Blasco.

Por su parte, María Eugenia Terán, fonoaudióloga y miembro del CEPANI, destacó que la institución trabaja bajo un modelo de intervención centrado en la familia. Este enfoque prioriza escuchar las preocupaciones de los padres y promover aprendizajes significativos en contextos naturales como el hogar, la escuela y otras situaciones cotidianas. «Actualmente tenemos casi 25 familias participando en este modelo, con grandes beneficios para los niños y sus familias», señaló Terán, haciendo hincapié en las estrategias sensoriales aplicadas para manejar las particularidades del autismo.

Testimonio de una madre

María Belén Valverdi, madre de una niña de tres años con TEA no verbal, compartió su experiencia. “Cuando mi hija tenía un año y medio, detecté rasgos que llamaron mi atención, pero no encontraba especialistas que me brindaran herramientas claras para ayudarla. Fue hasta que llegué al CEPANI que todo cambió para mejor”, contó.

Según Valverdi, el CEPANI no solo ayudó a su hija a avanzar con intervenciones efectivas, sino que también involucró a la familia en el proceso, reconociendo su rol central. “Aprendí que la familia es el mejor gabinete de apoyo. Hoy mi hija está hablando más y tenemos muchos objetivos para el próximo año. Estoy eternamente agradecida con las licenciadas Blasco y Terán por su apoyo”, expresó.

Además, Valverdi resaltó el impacto de la pirotecnia en su hija: “Los niños con TEA tienen hiperacusia, lo que significa que perciben los sonidos de manera amplificada. Esto puede desencadenar crisis graves con síntomas como taquicardia, autoagresiones y aislamiento. En nuestro caso, mi hija se golpea la cabeza, y las fiestas se convierten en un momento muy difícil para nuestra familia”.

Un llamado a la empatía

Tanto las especialistas como Valverdi subrayaron la importancia de la concientización sobre el uso de la pirotecnia. “La idea es empatizar con las familias que atraviesan estas situaciones y, al recibir Navidad o Año Nuevo, evitar el uso de fuegos artificiales para que todos puedan disfrutar de una noche tranquila”, concluyó Valverdi. Desde el CEPANI, reiteraron su compromiso de seguir trabajando en la educación y apoyo a familias con niños con TEA, promoviendo un entorno más inclusivo y consciente.