Los especialistas buscan valores personalizados de colesterol para cada paciente
Reducir los niveles de colesterol se ha convertido en una meta esencial para la prevención de eventos cardiovasculares graves, como infartos o accidentes cerebrovasculares. La Sociedad Argentina de Lípidos (SAL) brindó declaraciones al respecto. «Bajar el colesterol LDL no es solo reducir un número en los análisis, sino adoptar un enfoque integral para disminuir riesgos cardiovasculares«. Este enfoque implica establecer metas personalizadas para cada paciente según su perfil clínico.
El colesterol, producido en el hígado, es transportado por lipoproteínas. Las HDL, conocidas como el “colesterol bueno” por ayudar a eliminarlo, y las LDL, el “colesterol malo”, que lo depositan en las arterias. Sin embargo, los especialistas han dejado de considerar al HDL o LDL como buenos o malos, enfocándose más en alcanzar niveles bajos de LDL de acuerdo con la condición médica del paciente.
Metas personalizadas para cada paciente
Según la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, tres de cada diez argentinos mayores de 18 años tienen niveles de colesterol LDL superiores a lo aconsejable. Con la enfermedad cardiovascular siendo la principal causa de muerte en el país, los especialistas subrayan la importancia de mantener un perfil lipídico óptimo.
Melina Huerin (MN 74244), de la SAL, destacó que el principal obstáculo para reducir el LDL es la desinformación, tanto en pacientes como en médicos. “El LDL cuanto más bajo mejor, pero la meta debe depender del riesgo cardiovascular de cada persona”, explicó. En personas sanas, el LDL debe ser menor a 116, pero en pacientes con diabetes o enfermedades cardiovasculares, la meta debe ser inferior a 70 o incluso 40, en casos de riesgo extremo.
Tratamientos para lograr las metas de colesterol
A pesar de la importancia de la dieta y el ejercicio, su impacto en la reducción del colesterol LDL es limitado, por lo que muchas personas requieren tratamiento farmacológico. Las estatinas son la primera línea de tratamiento, capaces de reducir el colesterol en un 20% a 50%. En casos más graves, se pueden combinar con ezetimibe o utilizar inyectables, como los inhibidores de la PCSK9, que logran reducciones adicionales significativas.