El dato inflacionario de noviembre, que se ubicó en 2,4%, marca un punto clave en el camino hacia la estabilización económica. Con la posibilidad de cerrar diciembre con tres meses consecutivos de inflación por debajo del 3%, el Gobierno de Javier Milei prepara una serie de medidas económicas y cambiarias que buscan consolidar la recuperación y proyectar confianza para el próximo año.

En Argentina, el verano es históricamente un período propicio para implementar decisiones económicas de impacto, aprovechando la menor atención pública debido a las vacaciones. Este intervalo, que se extiende desde las fiestas de fin de año hasta mediados de febrero, brinda al Gobierno una ventana estratégica para introducir cambios relevantes sin una presión inmediata del ciclo político o social.

En su primer verano como presidente, Milei utilizó esta estrategia para avanzar con un ajuste cambiario significativo que tuvo consecuencias inmediatas en la inflación y el poder adquisitivo. Sin embargo, en esta oportunidad, el panorama es diferente. La economía muestra signos de estabilización, lo que permite pensar en medidas menos disruptivas pero igualmente importantes para afianzar el crecimiento, la creación de empleo y la mejora de los salarios.

Reducción del “crawling peg” y normalización cambiaria

Uno de los anuncios destacados es la disminución del ritmo de ajuste del dólar oficial, conocido como “crawling peg”. Este ajuste, que pasará del 2% al 1%, refleja la convergencia hacia un mercado cambiario más estable, tras la eliminación de la brecha entre el dólar oficial y los paralelos. Esta decisión también prepara el terreno para la eventual eliminación del cepo cambiario, proyectada para 2025, aunque su implementación dependerá del acuerdo con el FMI y de la acumulación suficiente de reservas.

Posible baja de tasas y su impacto en el mercado

Otra medida en evaluación es una nueva reducción de la tasa de interés, que ya fue ajustada de 35% a 32% recientemente. No obstante, los analistas advierten que el Banco Central podría optar por la cautela, dado que la demanda de pesos tiende a disminuir en enero, un fenómeno estacional que podría ejercer presión sobre el mercado cambiario.

Revisión del dólar blend y avance hacia la bimonetización

El esquema del dólar blend, que permite a los exportadores liquidar un 20% de sus ventas a través del contado con liquidación, también está en revisión. Este mecanismo, que fue clave para mantener los dólares financieros controlados en 2024, podría ser eliminado al no haber ya brecha cambiaria. Según estimaciones, su desactivación podría redirigir hasta USD 17.000 millones hacia las reservas del Banco Central.

Asimismo, se espera la implementación de la “economía bimonetaria”, que permitirá realizar transacciones con tarjeta de débito en pesos o dólares. Este sistema busca dar más flexibilidad a los ciudadanos y empresas para operar en la moneda de su preferencia, aunque los impuestos seguirán abonándose en pesos, al menos por ahora.

Consideraciones políticas y estratégicas

El momento elegido para estas medidas no es casual. Implementarlas durante el verano permite al Gobierno distanciarse del ruido político que acompañará el proceso electoral legislativo de octubre de 2025. La normalización económica y cambiaria debe consolidarse antes de que el calendario político afecte la percepción de los inversores y del mercado.

Con la inflación bajo control y un panorama cambiario más estable, el desafío del verano será demostrar que las reformas implementadas pueden traducirse en crecimiento económico sostenido, mejoras en el empleo y recuperación del poder adquisitivo. El éxito de estas iniciativas será clave para mantener la confianza de los mercados y la ciudadanía en el segundo año de gestión de Javier Milei.