El Gobierno emitió el Decreto 964/2024, autorizando el cierre y auditoría de la Casa de la Moneda. A través de la intervención, se realizará un relevamiento completo de activos, contratos y procesos judiciales durante 180 días. Estará al frente del proceso Pedro Daniel Cavagnaro. También se analizarán Convenios Colectivos de Trabajo y se prevé la reestructuración o eliminación de las disposiciones vigentes. El Banco Central (BCRA) confirmó la interrupción de contratos para producir billetes de $1000 y $2000. Eventualmente, serán reemplazados por billetes de mayor denominación.

Auditoría y readecuación

La medida fue firmada por el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo. Esta entrará en vigencia a partir del 1 de noviembre. Durante seis meses se llevará a cabo un plan para desarticular el ente y distribuir las tareas que cumplía hacia otras áreas que ya se encuentran en funcionamiento. Gran parte del personal fue forzado a tomarse vacaciones. De este modo, la empresa estatal será sometida a una evaluación que permita conocer el estado en el que se encuentra y definir los pasos a seguir para concretar la reformulación, readecuación y el modo en el que operará.

De la misma manera, se enfatizó en la necesidad de que el interventor asegure el relevamiento y reforma del régimen de administración de fondos públicos y las partidas presupuestarias, la modificación del Reglamento de Contrataciones de obras, bienes y servicios, y la revisión de la administración de compras y contrataciones, la estructura orgánica y el Régimen Profesional del Personal. Las normas actuales podrían ser desechadas. Otro aspecto relevante es que el organismo dejará de funcionar bajo el régimen de sociedad. Las instalaciones y los bienes vinculados al ente serán sometidos a una auditoría. Respecto a las deudas del organismo, el interventor fue habilitado para renegociar los pagos.

Billetes

El Banco Central interrumpió los contratos que estaban vigentes para producir billetes de $1.000 y $2.000. Las autoridades argumentan que serían innecesarios. En ese sentido, se priorizará la impresión de los billetes de $10.000 y de los $20.000 que aún no fueron puestos en circulación. Según las autoridades, la medida se debió al «incumplimiento total” del cronograma de entrega de billetes por parte de Casa de Moneda en tres contratos sellados durante la gestión de Alberto Fernández. La gestión actual sostiene que se el organismo cobró el doble de lo que correspondía por la fabricación de los billetes y remarcaron que el costo hubiera sido la mitad si se hubieran emitido en el exterior. Otro factor importante fue el índice de inflación, por el cual las bajas denominaciones son consideradas inútiles y existe un exceso de estos en el sistema.