Eficiencia energética: cómo ahorrar en la boleta de luz en el verano con el uso del lavarropas
En un contexto de aumentos en las tarifas de luz y gas, pequeños cambios en los hábitos domésticos pueden generar un impacto significativo en el ahorro energético, especialmente en el uso de electrodomésticos como el lavarropas. Según el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), un lavarropas automático de 5 kg con calentamiento de agua consume hasta 875 Wh por hora, convirtiéndose en uno de los principales focos de gasto energético en los hogares argentinos.
Claves para un uso eficiente del lavarropas
1. Optar por ciclos cortos y agua fría: la mayoría de las prendas pueden lavarse a temperaturas menores a 30°C, lo que disminuye notablemente el consumo energético.
2. Aprovechar la carga completa: usar el electrodoméstico a su máxima capacidad evita múltiples lavados y optimiza el uso de agua y electricidad.
3. Elegir modelos eficientes: las lavadoras con clasificación energética A o superior reducen el consumo hasta un 50%. Además, algunas marcas como Samsung han incorporado tecnología de Inteligencia Artificial para ajustar los ciclos y minimizar el impacto ambiental.
4. Mantener el electrodoméstico: limpiar el filtro de agua regularmente evita que el aparato consuma hasta un 20% más de energía debido a obstrucciones.
5. Usar detergentes de alta eficiencia: estos productos requieren menos agua y tiempo de lavado, optimizando el proceso y mejorando los resultados.
El impacto del mantenimiento y la elección adecuada
Seleccionar un electrodoméstico eficiente y mantenerlo en óptimas condiciones no solo reduce el impacto en la factura de luz, sino que prolonga la vida útil del aparato. Lavadoras de carga frontal, por ejemplo, son recomendadas por su menor consumo de electricidad y agua en comparación con las de carga superior.
La etiqueta de eficiencia energética es una herramienta esencial para identificar el consumo de energía de los electrodomésticos. Esta etiqueta clasifica los aparatos en una escala que va desde la A+++ (más eficiente) hasta la G (menos eficiente). Al elegir un electrodoméstico, es recomendable optar por aquellos con una clasificación alta (A++ o A+++) ya que garantizan un menor consumo de electricidad. Además, la etiqueta proporciona información detallada sobre el consumo anual de energía, facilitando la comparación entre diferentes modelos y marcas.