La pregunta que se hacen todos los expertos en finanzas y economistas redundan en la misma circunstancia. Y es cuánta «cintura política» tendrá la política cambiaria anunciada por el ministro de Economía, Luis Caputo. Es que, luego del salto del tipo de cambio oficial a $800, habrá una pauta de devaluación o “deslizamiento” del 2% mensual. La situación, además, quedó atravesada por el mega DNU presentando el miércoles por el presidente Javier Milei.

El combo devaluatorio busca apurar la exportación del campo y la agroindustria. A su vez, atenuar la escasez de divisas y llegar al segundo trimestre 2024, la etapa más intensa de la agroexportación. Por lo pronto, se redujo fuertemente la brecha y se logró que el Banco Central (BCRA) lleve dos semanas de compras netas de divisas. Mientras tanto, la alta inflación le serrucha el piso al “dólar alto” y puede llevar a que, en un punto, los exportadores empiecen a esperar la “próxima” devaluación.

Con el salto cambiario y medidas financieras (reducción de la tasa de pases, cierre de la ventanilla de Leliqs, licitación de bonos del Tesoro, achique y licuación de pasivos remunerados del BCRA) el Gobierno pretende asfaltar el camino hacia la unificación cambiaria. Sin embargo, al mercado le preocupa que la brecha vuelva a abrirse en el verano y comprometa ese objetivo.

Opiniones de los expertos

Un estudio de Gustavo Reyes, de Fundación Mediterránea, realizó un calculó teniendo en cuenta la pauta anunciada y la inflación esperada para los próximos meses. Bajo esas premisas, el valor del tipo de cambio real llegaría en marzo al nivel de la devaluación de Massa, de agosto pasado.

Se trata de una estrategia con varios riesgos. El principal, dice Reyes, es el social, por la profundización de la recesión. Pero también hay riesgos financieros (reducción de la tasas de interés en un contexto de aceleración de la inflación y con menor calidad de activos bancarios) y políticos (eventual rechazo del Congreso al DNU u otras medidas económicas).

En tono esperanzador, el informe señala que de superar estos riesgos, entre el segundo y el tercer trimestre, el fogonazo de la inflación inicial debería reducirse, al igual que la recesión. ”Dejando a la economía de nuestro país con muy buenas condiciones macroeconómicas para 2025″.