Rusia lanzó ayer un misil balístico intercontinental contra Ucrania por primera vez desde el comienzo de la guerra. Se trata de un cohete capaz de recorrer miles de kilómetros, transportando altas cargas convencionales o nucleares, por lo que su impacto representa un enorme riesgo. Tras la última escalada en el conflicto bélico entre las naciones, el ejército ruso respondió a la utilización de misiles de largo alcance y atacó la ciudad de Dnipró, en el centro este de Ucrania. También se utilizó misil hipersónico Kinzhal y siete misiles de crucero contra la misma ciudad.

“Un misil balístico intercontinental fue disparado desde la región rusa de Astracán” confirmó el ejército ucraniano. No obstante, el Kremlin rechazó comentar estas afirmaciones. Por el contrario, Ukrainska Pravda, un medio de comunicación con sede en Kiev, aseguró que el misil era un RS-26 Rubezh, un misil balístico intercontinental de combustible sólido con un alcance de 5.800 km, según la Arms Control Association.

Claro está, el arma llevaba una ojiva convencional. La Fuerza Aérea ucraniana reportó que el ataque se realizó entre las 5:00 y 7:00 de la mañana. A este lanzamiento se sumó un misil hipersónico Kh-47M2 Kinzhal y siete misiles de crucero Kh-101. Las defensas antiaéreas ucranianas derribaron seis misiles de crucero, sin embargo, no lograron interceptar el misil balístico intercontinental ni el misil Kinzhal, debido a su avanzada tecnología. Tras el ataque, se reportaron daños en instalaciones industriales. Por el momento, no se reportaron víctimas.

Acusaciones a Estados Unidos

Las autoridades rusas se negaron a comentar sobre el ataque. Sin embargo, el portavoz presidencial Dmitri Peskov sostuvo que Rusia hace sus máximos esfuerzos para evitar un conflicto nuclear, luego de que Washington aprobara la utilización de misiles de largo alcance contra objetivos rusos por parte de Ucrania. En ese sentido, el Kremlin acusó a la actual administración de Joe Biden de «seguir aliementando el conflicto».