La expansión de las fintech en Argentina, lideradas por Mercado Pago, ha captado la atención de los bancos tradicionales, que ahora demandan al Banco Central (BCRA) una normativa más estricta para estas plataformas. Un reciente informe elaborado por la consultora Econviews, con financiamiento de la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA), señala que el crecimiento de estas empresas exige medidas regulatorias que equiparen sus condiciones a las de las instituciones financieras tradicionales y protejan mejor a los usuarios.

El informe advierte que las cuentas de pago de las fintech representan un segmento cada vez más significativo dentro del sistema financiero. A junio de este año, los saldos en estas cuentas alcanzaron el 5,41% del total de los depósitos bancarios en pesos del sector privado y un 10,3% de los depósitos a la vista, duplicando los niveles registrados un año atrás. Este rápido crecimiento ha sido impulsado por la alta inflación y las cuentas remuneradas que ofrecen estas plataformas.

Mercado Pago domina ampliamente el sector, concentrando más del 70% de los saldos depositados en cuentas de pago y fondos comunes de inversión. Otras fintech, como Ualá, con un 5% en cuentas de pago, y Personal Pay, con un 12% en fondos invertidos, ocupan posiciones secundarias. Sin embargo, el protagonismo de Mercado Pago genera preocupación entre los bancos, quienes argumentan que la regulación actual es insuficiente para evitar riesgos sistémicos.

Intermediación financiera y el dilema regulatorio

Un tema crítico señalado por el reporte es la posible intermediación financiera por parte de las fintech. Aunque estas empresas no están autorizadas a captar depósitos y otorgar préstamos de manera simultánea, algunas pertenecen a conglomerados que sí ofrecen créditos. En consecuencia, generando una «zona gris» que podría interpretarse como intermediación financiera, una actividad reservada exclusivamente a los bancos.

El economista Miguel Kiguel, responsable del informe, advirtió que los usuarios de las billeteras virtuales no cuentan con las mismas garantías que los clientes de los bancos. Según Kiguel, “la normativa actual fue diseñada en un contexto donde estas plataformas tenían un impacto marginal. Sin embargo, su peso creciente exige un marco regulatorio más robusto para evitar problemas mayores”.