Cada 24 de marzo se conmemora, en nuestro país, el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. En esta fecha se recuerda a todas las víctimas de la última dictadura cívico-militar que usurpó el poder entre 1976 y 1983. Ana Jeger, artista tucumana, charló para VOVE y recordó a su abuelo Maurice Jeger, desaparecido en julio de 1975.

«Mi abuelo nació en Francia, trabajaba como librero y también como corrector de pruebas en el diario La Gaceta», comenzó relatando la cantante. «Lastimosamente nunca llegué a conocerlo, ya que en ese tiempo no había nacido aún. Lo poco que sé de él me lo contó mi padre, amigos de mi abuelo y personas que compartieron con él», agregó.

Según el testimonio de Jeger, su abuelo desapareció en julio de 1975, secuestrado por el ‘Operativo Independencia’. Se trataba de un plan represivo del ejército que se había llevado a cabo en Tucumán, a inicios de febrero de ese mismo año. Impulsados por el objetivo de “aniquilar” a las organizaciones militantes establecidas en las zonas rurales de la provincia.

«A mi abuelo se lo llevaron junto a su compañera Olga Cristina, quien estaba embarazada de 4 meses», comentó la artista. «Lo poco que supimos, después de ese momento, es que fueron vistos por última vez en el CCD Escuelita de Famaillá. Nunca supimos qué fue de ellos ni de aquel bebé que esperaban», relató con mucho dolor en sus palabras.

Actualmente, Ana Jeger va a cumplir la misma edad que tenía su abuelo cuando desapareció, y recordó que, desde que tiene memoria, siempre fue tema de conversación aquel trágico suceso. «Siempre supe lo que había pasado, pero no fue hasta mi adolescencia que fui más consciente y comprendí todo lo sucedido», agregó.

Sobre su carrera musical, Jeger comentó cómo recaen todos estos acontecimientos en sus canciones, «La construcción de la memoria es colectiva y que se puede hacer desde muchísimos frentes y la música es una de ellas». En sus redes sociales, ella suele compartir algunas letras de sus canciones, «La música es una forma de resistencia particular porque podemos transmitir lo que creemos justo y crear algo bello con lo que duele, con las ausencias», concluyó.