Cumbre de la CELAC: finalizó con una fuerte discusión por su contradicción ideológica
La cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) de Buenos Aires terminó este martes como se esperaba. Alberto Fernández debió pasar la presidencia pro tempore de este foro, que esperaba seguir conduciendo, al primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves.
Los líderes de los distintos países no pudieron consensuar sus profundas diferencias sobre cómo conciben la democracia. Y, en la llamada Declaración Final, la interpretación quedó abierta. «La democracia es una conquista de la región que no admite interrupciones ni retrocesos». El documento llama a «elecciones libres, periódicas, transparentes», pero las consideró una «expresión de la soberanía del pueblo». Algo que, pese a lo que dice el documento, no es posible ni en Venezuela, ni en Cuba ni en Nicaragua.
En la ocasión, tanto Fernández como Lula da Silva, protagonistas en esta última cumbre, evitaron condenar a las dictaduras de la región. Y, por el contrario, concentraron sus críticas en lo que consideraban solamente una «derivación de la ultra derecha». En este contexto, las declaraciones de Lacalle Pou significaron una redundancia para la mirada regional del Presidente. Él sabía que iba a decir su colega uruguayo, y no se sorprendió cuando condenó a los regímenes dictatoriales de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Diferentes posturas que no terminan de converger
La situación en la cumbre de la CELAC, se agravó cuando las críticas también fueron explicitadas por Gabriel Boric, presidente de Chile. Boric pertenece a la izquierda y, como jefe de Estado reivindica a Salvador Allende, y recorre los escenarios internacionales sin clichés ideológicos.
Mario Abdo Benítez es amigo personal de Alberto Fernández y observa desde la derecha el panorama global. No comulga con la situación de Cuba y Nicaragua; y, asume que la dictadura en Venezuela causó un exilio forzoso, que transformó a América Latina en una territorio de refugiados y tristeza. “No podemos mirar a un lado, cuando más de siete millones de venezolanos han abandonado sus hogares pidiendo refugio”, describió el presidente del Paraguay en la sesión inicial de la CELAC.