El seleccionado argentino de fútbol concluyó la fase de grupos ilusionando a todos, por el dominio total del juego que mostró ante Polonia y por la mejoría progresiva que evidenció en los tres cotejos disputados hasta acá. De cara al choque ante Australia, por Octavos de Final, hoy desde las 16 horas, un partido que representa una nueva final para continuar viviendo el mundial de Qatar 2022, revisamos, por un lado, los puntos positivos de la Selección Argentina y, por el otro, aquellos que aún pueden generar dudas.

Lo que genera ilusión

El seleccionado, conformado y dirigido por Lionel Scaloni, es verdaderamente un equipo, conforma un equipo, donde el futbolista que es elegido para ingresar al campo de juego lo hace con sentido de pertenencia, con la convicción de que es parte de un grupo, de que él también es una pieza clave para el buen funcionamiento de la Scaloneta. Netamente correlacionado con lo anterior, otro punto positivo es que cualquiera de los jugadores que se incorpora al juego puede terminar siendo la figura del partido. Pasó con Enzo Fernández, entrando desde el banco; pasó con Alexis Mac Allister quien no había participado en el debut vs. Arabia Saudita.

El equipo parece estar armado y trabajado para jugar de distintas maneras. Se ha mostrado versátil en cuanto al sistema táctico y al planteo de juego que utiliza y modifica durante los 90′ de juego. Adaptándose a lo que el cuerpo técnico considera más conveniente en el transcurrir del partido.

Siempre intentan jugar con la pelota rodando por el césped y buscando asociaciones, combinaciones. Tratando de no caer en la tentación de depender excesivamente de sus estelares y desequilibrantes figuras, de no caer en el error de cargar a Messi o Di María con toda la responsabilidad de resolver el juego.

Argentina muestra un ataque con movimientos, con cambios de posicionamientos constantes. No es un equipo estático, con posiciones fijas. Buscando variantes, Messi, Di María, De Paul o «el que juega de 9» a veces aparecen por izquierda, a veces por derecha. Un claro ejemplo de eso se dio con Mac Allister haciendo diagonales, repetidamente, para llegar, como en el gol convertido, vacío por el medio del área.

Un cuerpo técnico que transmite seguridad y convicción en su manera de observar y plantear los partidos, antes del pitazo inicial o con el juego ya en desarrollo. Además, se percibe que esa convicción le llega a los futbolistas.

Después de las distracciones «fatales» ante Arabia, el equipo comprendió la necesidad de defender cada intento de ataque rival con plena concentración, con vigor, y de presionar con intensidad cuando el rival intenta asociarse. Pero con eso no alcanza, además hay que defender correctamente, y en los partidos ante México y Polonia las defensas argentinas fueron efectivas y lucieron sólidas.

Algo ya conocido es que Argentina cuenta con jugadores de gran jerarquía y desequilibrantes. Messi y Di María pueden generar espacios en el «pie a pie» contra sus rivales, o pueden encontrar un pequeño espacio y abrir o cambiar el rumbo de un partido. El encuentro ante México brindó un ejemplo claro de esta virtud de los futbolistas argentinos.

Los rivales se preocupan y se ocupan mucho, muchísimo por marcar y tratar de «enjaular» a Messi, y lo positivo del seleccionado de Scaloni está en que lo sabe y trata de aprovechar a su favor los espacios que se generan gracias a esa estrategia del oponente de turno. Los jugadores de esta selección se animan, se atreven a tomar la responsabilidad de jugar, de intentar prescindiendo del astro rosarino cuando se encuentra rodeado de marcadores.

Lo que genera dudas

Aquellos cinco minutos «mortales» frente a los árabes, aquella desconcentración fugaz que costó recibir dos goles parece haber quedado atrás para la selección argentina, pero ya ocurrió una vez. No debe, no puede repetirse. El de mañana ante Australia es un partido sin posibilidad de recuperación.

El promedio de estatura del equipo argentino carece de altura, por eso la pelota parada de los rivales suele ser un momento tensionante. El seleccionado australiano cuenta con un par de centrales altos y puede apostar a la vía área para tratar de lastimar a los nuestros. Será vital que la marca en el área propia se realice con absoluta concentración.

La falta de velocistas en el medio y en la defensa de Argentina. El arma de ataque más peligrosa que ha mostrado Australia es la velocidad de sus mediocampistas por los costados y de un par de delanteros, que están siempre atentos para tatar de aprovechar alguna posibilidad de contra.

Si bien ya se han dado muchísimos ejemplos de que no hay rivales sencillos en este mundial de Qatar, la Selección Argentina aún no se ha enfrentado contra ninguna potencia, ninguno de los seleccionados candidatos que cuentan con más de un jugador de jerarquía «top». Polonia tenía un ejemplo con Lewandowski, pero estaba exageradamente aislado.

Al equipo de Scaloni le cuesta o desestima la presión y la recuperación de pelota por parte de sus delanteros. Hasta acá los delanteros retroceden y solo tapan espacios en la salida de los rivales; la presión llega a partir del mediocampo. Quizás el DT argentino no haya considerado necesaria esa presión alta. Puede ser un recurso para algún posible partido en el porvenir de Qatar 2022.

La falta de variantes que lleguen con rodaje entre los delanteros argentinos del plantel. La lesión de Di María y la búsqueda de su reemplazante, desnudó que para jugar en su lugar el único delantero neto que viene con minutos de juego es Lautaro Martínez. Dybala y Correa son de los pocos que aún no ingresaron; «Papu» Gómez puede jugar de delantero pero el DT lo ha preferido en una posición más retrasada.

Otro punto que genera dudas es aquello que el entrenador Scaloni destacó apenas consumado el partido versus Polonia: el poco tiempo de descanso que tendrá el equipo argentino de cara al choque crucial y definitorio contra Australia, y el desgaste físico que los futbolistas vienen acumulando al competir y exigirse al máximo, con tres partidos disputados en 9 días. La incertidumbre pasa por ver cómo responderán físicamente los que jugaron muchos minutos.

El partido de esta tarde, a las 16 horas, por los Octavos de Final de la Copa del Mundo, entre Argentina y Australia, servirá, como todos saben, para definir si el seleccionado argentino continuará viviendo su sueño mundial, y ojalá que también para acrecentar la ilusión de que ese sueño se haga realidad.