Una vez consumada la eliminación del reducido a pesar de ganar 1 a 0, De Muner reunió a sus dirigidos para darles unas últimas palabras de aliento.

«Mastiquen bronca, pero todos tienen futuro, acuerdense de eso», les marcó el entrenador.

De fondo la tristeza de los jugadores era evidente y Pablo intentó levantarlos al grito de: «Estoy orgulloso de ustedes, la rompieron».

El más desconsolado era Tino Costa, y en sus lágrimas se entiende el amor que le tomó al club y los hinchas a el.

Un jugador que triunfó en Europa y a sus 36 años esté sufriendo como ninguno el no poder ascender es algo que conmueve a los cirujas.

A partir de ahora empezará la novela de los que parten y se quedan, pero el técnico parece estar conforme con lo que hay.