Autos importados vs. industria nacional: cuándo sería un buen momento para comprar
El mercado automotor argentino atraviesa un momento peculiar, con un dólar libre que ha caído un 30% desde julio y que podría igualarse, o incluso ser menor, al dólar oficial en algunos días de diciembre. Este fenómeno genera cambios significativos tanto para los importadores como para los compradores. Mientras los autos nacionales continúan aumentando de precio debido a la inflación, los importados que mantienen sus valores en dólares se vuelven más competitivos, especialmente para quienes tienen ahorros en esta moneda.
En términos generales, el contexto actual refleja una apreciación del peso frente al dólar libre, lo que implica que los autos vendidos en pesos ahora cuestan más dólares que hace seis meses. Por ejemplo, un vehículo de gama media que en julio valía $30.000.000 (USD 21.500) ahora cuesta $35.000.000, lo que equivale a USD 28.500 con la nueva cotización. Este aumento se debe a la inflación y el ajuste cambiario conocido como «crawling peg».
Por otro lado, los autos importados que se venden en dólares no han modificado sus precios en esa moneda, lo que representa una ventaja para los compradores que disponen de billetes estadounidenses. La caída en el valor del dólar libre les permite acceder a estos vehículos a un costo relativo menor.
Impacto para importadores y compradores
Desde la perspectiva de los importadores, las reglas del juego han cambiado. Aquellos que compran autos en dólares oficiales y los venden en pesos son los más beneficiados, mientras que quienes operan con dólares financieros y billete enfrentan condiciones más ajustadas. No obstante, la competitividad de los importados aumenta frente a los nacionales debido a la estabilidad en sus precios en dólares.
Para los consumidores, la situación varía según sus ahorros y necesidades:
- Compradores con dólares ahorrados: los autos importados en dólar billete mantienen su atractivo, ya que no han cambiado de precio en esta moneda. Por ejemplo, un Honda CR-V EX sigue costando USD 60.000, lo mismo que en julio.
- Compradores con ahorros en pesos: la caída del dólar libre reduce la cantidad de pesos necesarios para adquirir divisas y comprar un auto importado. Esto los coloca en una posición ventajosa frente a quienes compran autos nacionales, cuyos precios en pesos han subido.
- Compradores de autos nacionales: para quienes tienen dólares ahorrados, la conversión para adquirir vehículos fabricados localmente en pesos se ha vuelto menos favorable, dado que necesitan más dólares para la misma transacción.
Ejemplos concretos
Un análisis comparativo entre modelos nacionales e importados muestra la creciente competitividad de los segundos:
- Honda CR-V EX: importado de Estados Unidos y vendido en dólares, mantiene su precio de USD 60.000.
- Ford Kuga híbrido: vendido en pesos, pasó de costar $67.000.000 (USD 47.000) en julio a $73.000.000 (USD 69.000) en diciembre.
- Volkswagen Taos Highline: fabricado en Argentina, aumentó de $43.227.000 (USD 30.800) a $49.500.000 (USD 47.000).
- BAIC X55II: importado, mantiene su precio en USD 40.000.
Estos ejemplos demuestran cómo los vehículos importados, incluso con aranceles y el impuesto al lujo, están ganando terreno frente a los nacionales.
Perspectivas futuras
Los importadores consideran que la competitividad de los autos nacionales podría mejorar si se normalizan los plazos de pago y se eliminan las restricciones del cepo cambiario. Actualmente, las terminales locales cubren sus costos con operaciones en pesos argentinos y pagos en dólares diferidos, lo que genera un costo financiero elevado. Sin embargo, si se permite pagar los autos al momento del embarque, los costos podrían reducirse, lo que eventualmente beneficiaría a los compradores.