Un reciente informe de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) alerta sobre los efectos adversos que puede causar el uso excesivo de tecnología, especialmente celulares, en niños y niñas. La doctora Natalia Krejcik, pediatra y miembro del Comité de Pediatría de la SAP, destacó que es fundamental concienciar a las familias sobre los riesgos de la sobreexposición a las pantallas. Ya que muchos padres no crecieron en un entorno de ciudadanía digital y están aprendiendo junto a sus hijos cómo manejar estas nuevas dinámicas.

La recomendación para niños menores de dos años es clara: no deben tener ningún contacto con pantallas, ya que su sistema nervioso central y su aparato psíquico aún no están suficientemente desarrollados. En estas etapas, los niños necesitan estímulos físicos y sociales, como el contacto visual, los tonos de voz. Así como el juego en un entorno tridimensional, experiencias que las pantallas no pueden reemplazar.

Para los niños de entre dos y cinco años, el uso de pantallas debe limitarse a una hora diaria como máximo. Mientras que para los mayores de cinco, y este límite puede extenderse a una hora y media. Krejcik subraya que el uso de pantallas debe ser supervisado por un adulto, ya que el contenido en Internet puede representar riesgos para los menores.

Las consecuencias de la sobreexposición a las pantallas en niños incluyen retrasos en el desarrollo del lenguaje. También dificultades en la regulación emocional, hiperactividad y problemas de aprendizaje, especialmente en lo relacionado con la lecto-escritura. Krejcik finaliza resaltando la importancia del juego tradicional, que favorece el desarrollo cognitivo, emocional y motriz de los niños.