El voto electrónico es una expresión que comprende varios tipos de votación. Y esta abarca, tanto modos electrónicos de emitir votos, como medios electrónicos para contabilizarlos. Las tecnologías pueden incluir tarjetas perforadas, escáneres ópticos y quioscos de votación especializados. Sin embargo, el dilema que representan por su fiabilidad es un tema de debate constante. Los expertos en seguridad informática detallan que, en nuestro país, aún no están dadas las condiciones para su implementación. «Sería un riesgo usarlo», expresaron.

Nicolás D’Ippolito, investigador del CONICET, habló en LV12 sobre la posibilidad en Argentina y cuán seguro es. «Es importante destacar qué pasa cuando uno pone, en el proceso de votación, un dispositivo electrónico. En este caso una computadora, con una impresora con un chip que es una unidad de procesamiento».

En ese sentido, agregó que «lo que hace es poner un dispositivo que la mayoría de los votantes no puede entender. Es decir, vamos a votar poniendo una caja negra que nos va a devolver nuestro voto. Lo que me pregunto es ¿Queremos votar con una caja negra que no entendemos, y que es responsable de manipular el voto de la ciudadanía? Por supuesto que no».

Además, indica que sería anticonstitucional «porque todo el proceso del voto tiene que ser auditado por el ciudadano». Y aseguró que, no hace falta tener una gran tecnología para violar el secreto del voto. Continuando con su análisis, D’Ippolito expresa que «aun teniendo conocimientos avanzados matemáticamente, no se puede validar que un software no haya sido vulnerado«. Y que, «desde el punto de vista profesional, tampoco se puede garantizar. Son dos problemas uno es la fiscalización de la ciudadanía y otro es el secreto del voto», concluyó el experto.