La viruela símica, también conocida como mpox, ha vuelto a generar preocupación a nivel mundial, impulsada por dos linajes del virus. En Argentina, hasta ahora se han registrado 32 casos confirmados en 2024, pero ninguno ha sido del linaje más contagioso, el clado Ib. A pesar de esto, los casos relacionados con el clado II, que fue el causante de la epidemia global en 2022-2023, han aumentado en un 50% en solo una semana.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró nuevamente la emergencia de salud pública de importancia internacional desde el 14 de agosto debido a la propagación del virus. El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades reportó que más de 20.000 casos y 600 muertes por mpox se han registrado en la Unión Africana durante 2024, siendo la República Democrática del Congo y Burundi los países más afectados.

En Argentina, el aumento de casos durante agosto está relacionado con una mayor sensibilización tras la declaración de emergencia sanitaria global. En total, se notificaron 154 casos sospechosos en lo que va del año, y 32 fueron confirmados como positivos para mpox. La mayoría de estos casos, un 81%, se registraron en agosto, lo que refleja una mayor atención por parte del sistema de salud.

Situación de la Argentina

La Ciudad de Buenos Aires concentra la mayor cantidad de casos, con 21 confirmados, mientras que el resto se distribuyen entre provincias como Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, y otras. El promedio de edad de los afectados es de 34 años. La mayoría de los casos confirmados (31 de 32) corresponden a hombres, muchos de los cuales reportaron tener relaciones sexuales con otros hombres.

Los síntomas más comunes de la viruela símica incluyen erupciones cutáneas, fiebre, dolores musculares y falta de energía. Estos síntomas pueden durar de 2 a 4 semanas y, debido a su similitud con otras enfermedades infecciosas, es crucial un diagnóstico preciso. En todos los casos reportados en Argentina, se observaron erupciones en distintas partes del cuerpo.

A nivel global, la viruela símica sigue siendo una amenaza, con varios países afectados y fluctuaciones en la cantidad de casos reportados. En Argentina, aunque el virus sigue circulando, las medidas preventivas y la detección temprana han ayudado a contener su propagación.