La sudoración nocturna, conocida como transpiración al dormir, es un fenómeno común que puede afectar a muchas personas. Además, de estar relacionado con diversas condiciones de salud. Si bien es normal sudar ligeramente durante el sueño debido a la temperatura ambiente o al uso de mantas, cuando la sudoración es excesiva podría estar vinculada a diferentes factores. Como por ejemplo, el estrés, los cambios hormonales, infecciones o, en algunos casos, problemas más serios como trastornos del sueño o enfermedades subyacentes.

De acuerdo con los expertos de The Mayo Clinic, los sudores nocturnos se refieren a episodios de sudoración excesiva que ocurren repetidamente durante el descanso, llegando a empapar la ropa de dormir o las sábanas.

Por qué se suda durante el sueño

La sudoración es una respuesta fisiológica natural que regula la temperatura del cuerpo, activada por el sistema nervioso. Sin embargo, las causas de la sudoración excesiva pueden variar. Mientras que en algunos casos se debe a un ambiente cálido o a ropa de cama pesada, cuando no hay una causa evidente, puede ser indicativo de una condición médica más seria. El Instituto Europeo del Sueño define la sudoración excesiva como hiperhidrosis, una condición que puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen.

Es el sudor nocturno síntoma de enfermedades

La sudoración nocturna puede ser un síntoma de diferentes afecciones, desde problemas hormonales como el hipertiroidismo, hasta ciertos tipos de cáncer como el linfoma. Además, puede estar vinculada con trastornos neurológicos, diabetes, infecciones bacterianas o el uso de ciertos medicamentos, según informa The Mayo Clinic. Entre las causas más comunes de sudoración nocturna también se encuentran el consumo excesivo de alcohol y la menopausia. Específicamente, debido a los cambios hormonales que afectan la regulación de la temperatura corporal.

Cuándo es necesario acudir al médico

Es fundamental consultar a un médico cuando los episodios de sudoración nocturna ocurren de manera recurrente y no están relacionados con factores ambientales. Si estos episodios se acompañan de otros síntomas, como fiebre, pérdida de peso inexplicada o tos persistente, puede ser señal de una afección grave, como infecciones o trastornos hormonales. The Mayo Clinic subraya que es importante estar atentos y no dejar pasar el tiempo sin realizar una consulta médica.

Además, se recomienda buscar atención médica si la sudoración excesiva interfiere con el sueño o la calidad de vida. Por ejemplo, causando cansancio diurno, dolores de cabeza, dificultad para respirar o problemas de concentración. Los expertos de la Cleveland Clinic advierten que la evaluación médica puede identificar causas subyacentes y permitir un tratamiento adecuado.