La Navidad y Año Nuevo es ese periodo del año que se ama o muchas veces también se odia. Hay quienes la disfrutan como niños a la espera de Papá Noel y otros que no ven la hora de que pase el vértigo y todo vuelva a la normalidad. Sin duda, la Navidad suele generar sentimientos encontrados en muchas personas, debido al estrés que produce las tareas por hacer. También por las expectativas familiares, la nostalgia de tiempos pasados, la soledad y el balance personal.

La Dra. Laura Maffei, endocrinóloga, especialista en estrés brindó declaraciones al respecto. “Al llegar a final del año nos encontramos a menudo agotados. Sumidos en el estrés derivado de las prisas, las compras de regalos, las decisiones sobre con quién pasar las fiestas, el cansancio acumulado y la sensación de no hallarnos en un estado de calma”.

Por su parte, el Dr. Alejandro Anderson, médico neurólogo, expresó: “Para muchas personas, la Navidad está asociada con emociones positivas. La alegríaconexión socialespiritualidad, pero, para otras, está directamente relacionada con la pérdida, con la gente que ya no está. Entonces se ponen melancólicas, lo que facilita la angustia y un estado de ánimo más depresivo”.

Además, dicen los expertos, el estrés afecta de manera diferente a cada persona e influye según la personalidad, género y edad. La Dra. Maffei destacó que las reuniones de fin de año suelen generar emociones diversas, especialmente para aquellos que están acostumbrados a pasar la Navidad en familia y no la tienen. En Argentina, como siempre, todo se vive mucho más intensamente.