
Prisión preventiva para los padres de Benjamín: se conocieron detalles del horror que sufría el menor

La justicia tucumana dictó la prisión preventiva solicitada por el Ministerio Público Fiscal para los progenitores de Benjamín. De esta manera, el padre, Jorge Luis Lucero (43), se verá privado de su libertad por seis meses. Este permanecerá en la Unidad N° 3 de Concepción mientras transcurre el debido proceso. En tanto, a la madre, Romina Vanesa Gutiérrez (30) se le dio tres meses. Cumpliría la detención en la Unidad Carcelaria de Mujeres N°4 ubicada en Banda del Río Salí. Ambos están acusados del delito de homicidio y lesiones leves, agravados por el vínculo, en perjuicio del menor y de sus dos hermanos de 4 y 8 años. La defensa técnica del padre no se opuso al requerimiento fiscal. Por su parte, la de la madre demandó el arresto domiciliario por tres meses.
El pedido fue realizado en el día de ayer por la Unidad Fiscal Especializada en Homicidios y Atentados contra las Personas del Centro Judicial Concepción. La misma está a cargo de Miguel Ángel Varela. La auxiliar del fiscal, María Emilia López Delgado, procedió a relatar los dos hechos que se les atribuyen a los imputados: Lucero en calidad de autor y Gutiérrez como partícipe secundario. Con respecto al primer hecho, las víctimas son sus tres hijos menores de edad, contra los cuales habrían ejercido maltratos físicos desde que nacieron. En tanto, en el segundo hecho, la víctima es el propio Benjamín, a quien habrían asesinado el año pasado y ocultado su cuerpo.
La Fiscalía repasó las múltiples evidencias recolectadas en la investigación. A eso se sumaron los testimonios de los hermanitos: según consta en el legajo, la niña le manifestó a la abuela materna, Mónica Gargiulo (48), que Benjamín “era un angelito y que ya no iba a estar con ellos”. En otra oportunidad, expresó que su hermano había sido enterrado por su padre y que no quería hablar mucho porque “le causaba lágrimas”. Los informes médicos de los hermanos de Benjamín también funcionaron como prueba contundente contra los padres. Estas dan cuenta de distintas lesiones sufridas en distintas etapas de su vida. En la vivienda se secuestró un machete, un látigo, un colchón, prendas de vestir con manchas pardo rojizas y el teléfono celular de la madre.
Informe forense
El informe preliminar de los restos óseos obtenidos en el rastrillaje, confirma que se trata de “restos humanos esqueletizados con pérdida prácticamente total de las partes blandas y demás estructuras”. “Estamos en condiciones de afirmar que estamos ante restos de un infante, con una edad probable que oscila entre los dos y cuatro años. Hay alteraciones menores de la estructura del cráneo, que podrían corresponderse por lesiones sospechadas de traumatismo de cráneo”, sostiene el informe.
Una niñez de pesadillas
El MPF señaló que durante los nueve años que mantuvieron de convivencia, Jorge Luis Lucero y Romina Vanesa Gutiérrez tuvieron tres hijos: un niño de 8 años, una niña de 4 y Benjamín de 3. Durante ese período, los imputados proporcionaron malos tratos físicos a sus hijos, golpeándolos en distintas partes del cuerpo, utilizando hierros, botellas, machetes, látigos y también mediante golpes de puño, provocándoles lesiones de manera habitual. A Benjamín le provocaron una fractura en costal izquierdo y en fémur izquierdo. Estas fueron curando con el paso del tiempo sin recibir atención médica. En cuanto a sus hermanos, las secuelas de estas lesiones son objeto de investigación.
El homicidio habría sucedido entre julio y diciembre del año 2023, mientras estaban arreglando el techo de la vivienda. Para dicha tarea usaban a sus hijos. En ese contexto, el padre se enojó con Benjamín y, con claras intenciones de provocarle la muerte, le pegó en la cabeza con un bloque de cemento que estaba utilizando para arreglar el techo. Por el golpe, el niño se desvaneció en el piso y falleció. La madre, a fin de ayudar a su pareja a ocultar el cuerpo sin vida, procedió a envolverlo en un toallón, luego en dos sábanas, lo colocó en una funda de almohada y finalmente puso el cuerpo en una bolsa. Después lo entregó a Lucero para que lo llevara hacia un monte a a,5 kilómetros de la propiedad. El hombre lo dejó semienterrado y tapado con una sábana.