El sábado ocho jóvenes circulaban por el microcentro, a metros de la Casa de Gobierno. A sus espaldas, una orden policial los obliga a replegarse contra la pared. Los policías no se identificaron durante el proceso.

El hecho ocurrió alrededor de las 14 horas, cuando los amigos salían de Carrusel, el local de juegos ubicado en 25 de mayo. Cuando giraron por San Martín hacia el sur notaron que los seguía la policía. Eran tres, dos personales masculinos y uno femenino.

A voz de «¡contra la pared!» en la fachada del Teatro Mercedes Sosa, los chicos fueron palpados y requisados por el personal femenino. Sin mediar palabras, revisaron sus pertenencias y criticaron la vestimenta de uno de ellos: “Por qué llevás esas botas… ¿Qué te crees que trabajas en seguridad?”, le dijeron en tono burlón.

«Al principio mi hijo no sabía qué estaba pasando, después sintió mucho miedo, estaba muy nervioso», contó la familia.

«Queremos denunciar esto porque todo lo que pasó no está dentro de la legalidad ni del derecho. Es todo un atropello a ciudadanos menores de edad. No queremos que crezcan con miedo como nos pasó a nosotros (en la dictadura)», manifestaron de forma contundente a esta redacción.

Entre los nervios y el miedo, ninguno de los ocho jóvenes pudieron identificar las placas de quienes los detuvieron. La familia ya está en contacto con representantes de Derechos humanos y lograron comunicarse con la Guardia Urbana, aunque no pudieron identificar los nombres del personal policial involucrado.