En un contexto donde el poder adquisitivo se ve fuertemente erosionado, la clase media en Argentina enfrenta desafíos crecientes para no caer en la pobreza. Con un salario mínimo que es el más bajo de la región, muchos argentinos se encuentran luchando diariamente por mantener su nivel de vida.

Según un análisis de la consultora W, liderada por Guillermo Olivetto, basado en datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del primer trimestre de 2024, se ha establecido que para pertenecer a la clase media alta en Argentina, un hogar debe tener un ingreso mensual neto de al menos USD 1.800, medido al dólar libre de ese período, que se situaba en $1.000. Para ser considerado de clase media baja, el ingreso debe alcanzar un mínimo de USD 900. Mientras que para la clase baja superior (no pobre), se requiere al menos USD 800. En contraste, aquellos en situación de pobreza perciben ingresos de apenas USD 280. Cabe resaltar que el salario mínimo actual en Argentina es de $262.432. Lo que equivale a USD 193, según la cotización del dólar al cierre del viernes pasado, que fue de $1.355.

La distribución de la población en Argentina según estos estratos sociales es la siguiente: 37% pertenece a la clase baja, 16% a la clase baja superior, 25% a la clase media baja, 17% a la clase media alta, y solo el 5% se ubica en la clase alta.

Detalles de cada estrato

Olivetto expresó que «se está poniendo en riesgo la identidad histórica que tenía la Argentina como un país arquetípico de clase media. Esta idea de que somos todos de clase media«. El especialista señaló que muchas personas ya no se identifican con este concepto, con algunas incluso reconociendo que «me entero por noticiero que soy pobre pero todavía no caigo». Este cambio en la percepción social refleja un proceso de deterioro que se ha acelerado en los últimos meses.

Los indicadores de pobreza en el país son alarmantes. Durante los primeros tres meses del año, la pobreza alcanzó el 54,9% de la población, mientras que la indigencia se ubicó en el 20,3%. En algunas regiones, como Gran Resistencia, Chaco, la situación es aún más crítica, con una tasa de pobreza del 79,5% y una indigencia del 38,6%. Formosa y Santiago del Estero-La Banda también presentan niveles preocupantes, con el 72% y el 30% de la población en situación de pobreza e indigencia, respectivamente. La mayoría de las regiones del país tienen tasas de pobreza superiores al 50% y niveles de indigencia por encima del 15%.

Olivetto también advirtió que «todas las capas sociales se tuvieron que achicar. Hay una motosierra en la vida cotidiana transversal y vertical. En muchas actividades y en todas las clases sociales». Según el especialista, el Producto Bruto Interno (PBI) de Argentina cayó un 5% entre 2011 y el primer trimestre de 2024. Además, el consumo de productos básicos experimentó una caída aún mayor, descendiendo un 16% en volumen durante el mismo período, lo que equivale a un -29% per cápita.