Han pasado tres años desde la reglamentación de la Ley Nacional de Talles (27.521), que prevé la creación del Sistema Único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria (SUNITI). Aunque los resultados del estudio ya están listos, la implementación sigue siendo un pendiente en el país. Lo cual preocupa a las propulsoras de la legislación y a la Cámara de Indumentaria Argentina.

Actualmente, la falta de coherencia entre las marcas de ropa genera confusión para los consumidores. La experiencia de buscar un pantalón puede resultar frustrante: en una tienda, un talle 37 puede ser perfecto. Sin embargo, en la siguiente tienda, el mismo usuario podría encontrar que solo le queda un talle 42. «El estudio ya está terminado y ahora estamos en el proceso legislativo. Tenemos los resultados necesarios para comenzar a estructurar lo que sería el Consejo Consultivo, la tabla única y normalizada de talles, y analizar cuál sería la mejor manera de implementarla. Esta ley es crucial porque más de la mitad de los argentinos tienen problemas para encontrar talles. Y más del 70% afirma que solo encuentra talle único al comprar ropa», explicaron las promotoras de la ley.

Tabla de talles

El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) fue el encargado de realizar el estudio antropométrico, que consistió en medir los cuerpos argentinos, ya que, hasta el momento, las marcas de ropa se basan en normas IRAM, que utilizan parámetros de cuerpos europeos. A partir de estos resultados, el próximo paso será conformar el Consejo Consultivo, que trabajará en la elaboración e implementación de la tabla de talles única bajo el marco del SUNITI. Para concluir con la ley, falta este proceso y entablar un diálogo constructivo con las marcas.

Otro aspecto pendiente es la parte de sensibilización y la mejora de la experiencia del usuario a la hora de comprar ropa, donde muchas veces se percibe maltrato. «Una parte de la ley se enfoca en cómo deberíamos vincularnos con el INADI, que actualmente ya no existe, por lo que es necesario revisar cómo se procederá con estas cuestiones», añadieron las promotoras. También enfatizaron que los talles únicos siguen existiendo en muchos centros comerciales y dificultan el acceso a ropa adecuada. «No es un capricho, vestirse es un derecho. No deberíamos tener que cambiar nuestros cuerpos para adaptarnos a la ropa; la ropa debe adaptarse a nuestros cuerpos», concluyeron.