La última jornada de la semana cerró en el mercado cambiario con una profundización de la tendencia observada en los últimos días. Con la baja en las cotizaciones de los dólares libres y financieros, la brecha cambiaria volvió a comprimirse y se acerca a los mínimos registrados en abril de este año.

Tras el cierre con el dólar libre en $1.195 y el contado con liquidación (CCL) —el más caro del mercado— en $1.128, la diferencia con el dólar oficial es del 18,7% para el primero y del 22% en el caso del CCL. Por su parte, el dólar Bolsa ofrece el precio más bajo, situándose en $1.186,29, con una brecha del 18% respecto del oficial. Este nivel se asemeja cada vez más al mínimo de 12% alcanzado hace cinco meses. En aquel entonces, al igual que ahora, esta situación generaba expectativas sobre la posibilidad de eliminar el cepo cambiario.

Contexto actual y diferencias con abril

Aunque las circunstancias actuales presentan similitudes con las de abril, también existen diferencias significativas. Una de las más destacadas es la estrategia adoptada por el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, caracterizada por la prudencia y el gradualismo. El shock económico se ha reservado únicamente para la cuestión fiscal, con un enfoque en la disciplina y el equilibrio de las cuentas públicas.

En abril, en medio de la efervescencia del mercado por el ingreso de dólares y la acumulación de reservas en los primeros meses del año, se esperaba que el control de cambios se eliminara en el segundo trimestre. Sin embargo, eso no ocurrió, y la experiencia sirvió de lección. Actualmente, con menos dólares y reservas, si bien no se descarta que el cepo pueda levantarse antes de fin de año, también es posible que esto suceda en 2025, incluso después de las elecciones.

Factores a favor y en contra de eliminar el cepo

El economista Amílcar Collante, del Centro de Estudios Económicos del Sur (Cesur), realizó un análisis de los elementos que influyen en la posibilidad de eliminar las restricciones cambiarias.

A favor:

  1. Credibilidad en el mercado: el Gobierno ha ganado confianza tras nueve meses de ancla fiscal y un superávit financiero acumulado. La consistencia en la disciplina fiscal ha reducido las incertidumbres y ha fortalecido la posición oficial.
  2. Eliminación de pasivos remunerados: la «bola» de Leliqs y pases, es decir, los pasivos remunerados del Banco Central, han sido eliminados. Reduciendo así la presión sobre la política monetaria.
  3. Reducción de la inflación: la caída sostenida de la inflación brinda un margen de maniobra adicional para considerar la salida del cepo.
  4. Corrección de precios relativos: se han realizado ajustes significativos en los precios de la economía, avanzando en la alineación de variables fundamentales.
  5. Normalización de la deuda por importaciones: tanto el stock como el flujo de deuda por importaciones se encuentran más normalizados que en abril. Lo que disminuye la tensión en el mercado cambiario.

En contra:

  1. Nivel de reservas netas reducido: las reservas netas del Banco Central han disminuido respecto a abril. La entidad carece de suficientes dólares para defender el tipo de cambio y evitar que una depreciación abrupta del peso impulse nuevamente la inflación.
  2. Elevado riesgo país: el nivel actual del riesgo país se mantiene alto, ofreciendo resistencia a la baja. En abril, rondaba los 1.100 puntos básicos, con la expectativa de que descendería por debajo de los 800 puntos en los meses siguientes, lo cual no ocurrió.