La hipertensión o presión arterial elevada de forma continua, es una condición médica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Un nuevo estudio realizado en Estados Unidos ha aportado evidencias sólidas sobre la importancia de ciertos alimentos en el tratamiento de esta enfermedad. Los resultados indican que las frutas y verduras deben considerarse una parte esencial del manejo de la hipertensión, y no solo un complemento secundario.

La investigación, publicada en la revista The American Journal of Medicine, demostró que las dietas ricas en frutas y verduras tienen tres beneficios principales. Disminuyen la presión arterial, reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares como infartos y accidentes cerebrovasculares, y mejoran la salud renal.

En Estados Unidos, los Institutos Nacionales de Salud desarrollaron la dieta DASH, que significa “Enfoque dietético para detener la hipertensión”. Este plan de alimentación, que incluye una gran cantidad de frutas y verduras, se ha convertido en la recomendación de primera línea para quienes padecen hipertensión primaria. Sin embargo, su aplicación aún es limitada, tanto en términos de prescripción como en la adherencia de los pacientes.

El Dr. Donald Wesson, uno de los líderes del estudio y especialista en la eliminación de ácido en la sangre por los riñones, explicó que sus investigaciones con animales ya habían demostrado que una dieta rica en ácido puede causar daño renal a largo plazo. Este hallazgo subraya la importancia de la dieta DASH en la protección de los riñones, además de su efecto sobre la presión arterial.

Qué incluye la dieta DASH

Según los expertos de la Clínica Mayo, la dieta DASH debe incluir los siguientes alimentos:

  • Frutas: como manzanas, naranjas y bananas. Se recomienda elegir frutas enlatadas en su propio jugo y frutas congeladas sin azúcar agregada.
  • Verduras: frescas, congeladas o enlatadas, como tomates, zanahorias, brócoli y espinacas. Es preferible que no contengan sal, mantequilla o salsas añadidas.
  • Productos lácteos bajos en grasa.
  • Granos: optar por productos con bajo contenido de sodio.
  • Nueces, semillas y legumbres.
  • Carnes magras, aves y pescado.
  • Hierbas, especias, vinagres aromatizados, salsas y aceite de oliva: estos pueden añadir sabor a las comidas sin recurrir al exceso de sal.

Nicolás Renna, presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) e investigador del Conicet en Mendoza, destacó la relevancia del estudio: “El nuevo estudio es interesante. Aporta pruebas de que el consumo de frutas y verduras puede reducir el riesgo de desarrollo de la enfermedad renal en personas que tienen hipertensión”. Además, señaló que estos alimentos ayudan a bajar la presión arterial y la lipoproteína (a) o Lp(a), un marcador asociado a un mayor riesgo cardiovascular.

Los resultados del estudio son alentadores, ya que muestran que con cambios dietéticos se pueden obtener beneficios significativos para la protección de los riñones y el sistema cardiovascular. Este avance se logró tras un ensayo controlado y aleatorizado que se extendió durante cinco años, liderado por el Dr. Wesson en la Universidad de Texas en Austin. El estudio subraya la creciente preocupación por la enfermedad renal crónica relacionada con la hipertensión y la mortalidad cardiovascular, condiciones que van en aumento.