Detuvieron al exfuncionario que arrojó una botella a Milei
Gastón Mercanzini fue arrestado esta mañana en las puertas de los estudios de Crónica TV, en el barrio porteño de San Telmo. El acusado de lanzar un botella al presidente Javier Milei durante el acto de asunción del domingo, fue trasladado por personal de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la Policía Federal en un operativo en conjunto con la Policía de la Ciudad. Se le imputa el delito de intimidación pública agravada.
Testigos aseguran que fue echado horas antes de una radio en el barrio de Palermo. Un llamado anónimo habría alertado de su presencia a las autoridades en inmediaciones de los estudios televisivos, donde se habría presentado con intención de salir al aire y pedir perdón. En el día de ayer, el juez Ariel Lijo ordenó su detención a la Policía Federal de modo que al recibir la información de su presencia se procedió a su arresto por intervención conjunta de las fuerzas federales y Policía Metropolitana.
El acusado de la agresión se mostró arrepentido del hecho ante las cámaras. “Lo siento mucho, estaba borracho” manifestó Mercanzini, tras haber arrojado una botella el pasado domingo, cuyo blanco era el presidente Javier Milei. No obstante, el recipiente de vidrio impactó en la cabeza de uno de sus custodios, un agente de la Policía Federal. Al momento de la detención, Mercanzini se encontraba con varios puntos de sutura en su frente por una herida que se habría producido en las últimas horas. Luego de esperar algunos minutos en el interior de un patrullero de la fuerza de seguridad porteña, fue trasladado a la sede policial de calle Moreno al 1500 y quedó a disposición de la Justicia. En las próximas horas podría realizar su declaración indagatoria.
Patricia Bullrich, actual ministra de Seguridad de la nación, se refirió al suceso desde su cuenta de X, donde posteó: “el que las hace, las paga: Mercanzini preso. Justicia, Nación y Ciudad, juntos contra los delincuentes que creen que siguen viviendo en el país de la impunidad. Lo dijimos: el que las hace, las paga».