La presentación de la Ley Ómnibus por parte del presidente Javier Milei en el Congreso, ha generado preocupación en el ámbito literario debido a la inclusión de la derogación de la Ley 25.542, conocida como Ley de Libros. Escritores, editoriales y libreros expresaron su rechazo ante esta iniciativa que genera incertidumbre en el sector.

Félix Demasi, propietario de la librería independiente Utopía, Libros y Café, señaló que el valor del libro como objeto cultural y transmisor de conocimiento es fundamental. La Ley de Libros, sancionada en 2001, tiene como objetivo proteger al libro no solo como un bien comercial sino como un elemento cultural. Establece un precio de venta al público único en todo el país, garantizando condiciones de competencia justas entre los actores del mercado.

Demasi explicó que la derogación de esta ley propuesta por el Gobierno actual pondría al libro en una posición de objeto comercial más que cultural. Argumenta que esta medida favorecería a grandes cadenas con objetivos financieros, en detrimento del mundo del libro que busca preservar su rol cultural. La Ley de Libros es una autorregulación del sector, donde el Estado no interviene económicamente.

El librero destacó que la derogación afectaría la «bibliodiversidad», característica esencial del mundo del libro. La cual alberga una amplia variedad de sellos editoriales, desde los más grandes hasta los más pequeños. La ley actual protege este ecosistema y garantiza condiciones equitativas para todos los participantes. En resumen, la posible derogación de la Ley de Libros genera preocupación en el ámbito literario. Ya que se percibe como una amenaza a la diversidad y protección cultural que brinda la legislación actual.