El Banco Central de la República Argentina (BCRA) sorprendió al mercado al anunciar una significativa baja en las tasas de interés de referencia a principios de diciembre, marcando un movimiento estratégico del ministro de Economía, Luis Caputo, en medio de un contexto económico inusual para esta época del año. La medida, que implica una reducción de 300 puntos básicos para los depósitos a plazo fijo y 400 puntos básicos en el financiamiento a los bancos, tiene como objetivo principal aumentar la liquidez para hacer frente al incremento estacional de la demanda de pesos en diciembre.

Tradicionalmente, el último mes del año suele estar marcado por tensiones en el mercado cambiario y financiero debido a la necesidad de las empresas de cubrir sueldos, aguinaldos y vacaciones, así como por los gastos de las familias en las celebraciones y planes de verano. Sin embargo, este diciembre muestra un panorama atípico: la brecha cambiaria se encuentra en mínimos históricos, rondando el 7,2%, con un dólar blue que continúa cayendo y un dólar oficial estabilizado.

El contexto detrás de la decisión

El tándem conformado por Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, parece haber planificado cuidadosamente este movimiento, no solo para garantizar liquidez en el sistema financiero, sino también para sostener la confianza en la estabilidad cambiaria. La decisión de bajar las tasas se sustenta en un contexto de superávit fiscal, base monetaria fija y una inflación en descenso moderado.

No obstante, las reservas netas del BCRA continúan en terreno negativo, con un saldo de aproximadamente -6.000 millones de dólares. Esto explica por qué, a pesar de la estabilidad del dólar y la disminución de la brecha cambiaria, el Gobierno no avanza hacia una unificación cambiaria total ni levanta el cepo. Según Caputo, este escenario sigue siendo riesgoso mientras no se logren acuerdos internacionales que fortalezcan las reservas.