El Dengue no solo afecta físicamente, sino también tiene impactos significativos en la salud mental de las personas. Durante la fase aguda de la enfermedad, es común observar manifestaciones psiquiátricas como ansiedad y depresión, presentes en hasta el 90% de los casos. Así lo indican los especialistas en Argentina.

La adaptación al ambiente es un proceso fundamental en los seres humanos, que se remonta a mecanismos básicos de supervivencia. Sin embargo, las respuestas adaptativas pueden desencadenar problemas cuando el ambiente presenta amenazas difíciles de controlar, como en el caso del Dengue.

Según el psicólogo Roberto González Marchetti (MP 1460), la respuesta al estrés es adaptativa cuando enfrentamos un peligro con respuestas fisiológicas, conductuales y mentales adecuadas. Sin embargo, cuando estas respuestas no se regulan correctamente, pueden surgir problemas como insomnio, preocupaciones constantes y dificultades para separarse de la respuesta de estrés incluso después de que la situación haya pasado.

La interpretación del ambiente como aterrador y catastrófico activa emociones de miedo y ansiedad desadaptativas, que bloquean nuestras acciones y desorganizan nuestros pensamientos. Esto puede manifestarse en conductas repetitivas e incontrolables, propias de la sobre interpretación de la amenaza del Dengue.

La presencia de síntomas depresivos puede manifestarse posteriormente a la fase aguda de la enfermedad. Lo que puede afectar la capacidad de algunas personas para retomar sus actividades laborales habituales. Especialmente, en actividades que requieran un alto nivel de concentración y funcionamiento cognitivo.

La incertidumbre generada por la amenaza del Dengue puede provocar emociones aversivas y la necesidad de dar sentido a la experiencia amenazante. Esto puede llevar a la búsqueda excesiva de información sobre el Dengue. Una hipervigilancia en busca de síntomas y cambios en el estado de ánimo, así como conductas evitativas como no querer salir de casa.

Es importante tener en cuenta que estas reacciones son automáticas y episódicas, pero si persisten y comienzan a afectar la vida diaria de manera significativa, es recomendable buscar ayuda profesional. El apoyo social y contar con una red de apoyo pueden ser fundamentales para superar el miedo y la incertidumbre asociados al Dengue y sus consecuencias en la salud mental.